Sequía podría agravarse esta primavera en México por El Niño, ¿La Niña nos podría salvar en verano?
Después de 3 años con La Niña y un verano de El Niño, inevitablemente la sequía se apoderó de México. La buena noticia es que La Niña podría beneficiarnos en verano.
Desde septiembre de 2020 hasta marzo de 2023 se tuvo el dominio de aguas más frías de lo normal en el Pacífico ecuatorial, conocido como La Niña, situación que naturalmente favorece sequías de larga duración sobre territorio mexicano, así como eventos extremos de temperaturas.
Ahora, El Niño nos generó menos lluvias en el verano de 2023 lo cual se puede repetir esta primavera e inicio de verano de 2024, condiciones que están detonando una sequía más prolongada junto con el tema de la sobrepoblación y la gran demanda del vital líquido para todas sus actividades.
Actualización de la sequía en México
En el corte del 31 de enero de 2024, el reporte del Monitor de Sequía por parte del Servicio Meteorológico Nacional mostraba una extensión a nivel nacional de 60.45%, sin embargo, el periodo de tiempo invernal con lluvias que abarcó diversas regiones, ayudó a disminuirla.
La reciente actualización al 29 de febrero, la sequía disminuyó un 3.8%, colocándose en un 56.64% con algún grado de este fenómeno; de hecho, todas sus categorías disminuyeron en un ligeramente. Esto se debió a las lluvias de mitad de mes en febrero, beneficiando a los estados de la diagonal de Jalisco a Nuevo León.
Entre las categorías extrema y excepcional, su extensión es 34.45% sobre Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Coahuila, Nayarit, Zacatecas, Jalisco Aguascalientes, San Luis Potosí, Tamaulipas, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Veracruz y Oaxaca. El resto de las entidades tienen menor categoría, excepto las Baja Californias, donde no hay sequía.
¿Estamos en la peor sequía de años recientes?
En 2002, comenzó a monitorearse la sequía en nuestro país, pero dentro de un análisis de Norteamérica, haciéndose más detallado y de forma nacional en 2014; es decir, tenemos poco más de 20 años con datos confiables y, el evento que ocurrió de 2011 a 2012 es de la peor sequía que se ha presentado.
Esta condición se relacionó a una Niña prolongada que inició en 2007, se intercaló un Niño en 2010 y después regresó La Niña prolongándose hasta 2012, generándose una extensión de sequía del 87% en la República Mexicana. Entonces, febrero de 2024 registra extensión del 56.64%, 30% menos que en 2011, ¿por qué lo estamos padeciendo mucho más?
La respuesta sigue siendo fácil, pero no está relacionada por completo con la naturaleza… ¡Somos nosotros! Cada vez somos más, habitamos zonas que no deberíamos y necesitamos del vital líquido para subsistir en general; en 2010 la población total era poco más de 112 millones de personas, llegando a 126 millones en 2020.
Efectos negativos socialmente construidos
Al haber más gente, necesita más zonas por habitar, así que se extiende a lugar con un gran riesgo, nuevos sectores o sobre-poblar la ya habitada; hace falta alimentar a más gente, necesitando más agua para cultivos, construcciones y empresas en general explotándose cuerpos de agua sin control.
El habitar más zonas y cambiar el uso de suelo reducirán inevitablemente las áreas verdes que regulan temperaturas y favorecen más lluvias con su correcta recolección. En ciudades hará cada vez más necesidad del vital líquido para cubrir todas sus necesidades, así como su desperdicio o mal uso.
Hasta este punto, se debe entender la siguiente conclusión: la culpa completa no la tiene la naturaleza; si por haber periodos secos cíclicos por El Niño y La Niña la cantidad de lluvia y su almacenamiento se reduce, esto se ve agravado exponencialmente año con año con más población, acabándonos la poca que queda...
La Niña sería nuestra esperanza
Como se ha mencionado, la primavera sería más seca/calurosa de lo normal, sin embargo, varios modelos apuntan a lluvias por arriba de lo normal sobre el noreste y oriente del país en este próximo mes de abril, lo que podría estar relacionado a frentes fríos más activos con posibles tormentas severas; de una o de otra forma serían benéficas.
Durante el verano, en temporada de lluvias, las condiciones podrían ser de mayor cantidad acumulada. Iniciaría en junio bajo condición más seca en el país, excepto el sureste y parte del oriente-centro y sur, aumentando notablemente en julio; no así en el noroeste donde seguiría un déficit.
Justo, de julio a septiembre, las condiciones podrían tornarse más lluviosas de lo normal en territorio mexicano ante más ondas y ciclones tropicales, así como la Zona Intertropical de Convergencia; seguiría la excepción el noroeste, donde los modelos mantienen un déficit probablemente asociado a un monzón menos activo.