Fenómeno El Niño pronto finalizará: La Niña podría retornar muy pronto, ¿aumentarán lluvias en México?
El Niño ha comenzado a debilitarse, previéndose cambie a fase neutra en primavera y, regresando La Niña desde el verano. Esto nos hace ver que 2024 puede ser un año extremo, ¿qué puede ocurrir en México?
La actualización de hoy jueves 8 de febrero de 2024, el Centro de Predicciones Climáticas indica que el fenómeno de El Niño ha comenzado su gradual debilitamiento con anomalía térmica de +1.8 °C en la región 3.4 en la última semana. El promedio de nov-ene tuvo anomalía de +2 °C se cataloga como súper-El Niño, quedando en 5to lugar despúes de 2016, 1997, 1982 y 1972.
Resalta el gran aumento en la probabilidad de que el fenómeno de La Niña regrese en algún momento del verano con una rápida intensificación conforme pase la segunda quincena.
Probabilidades de intensidad: de Niño a neutro y luego Niña
Prácticamente todos los modelos dinámicos y estadísticos muestran el debilitamiento de El Niño conforme el invierno finalice, pasando a una fase neutra en esta próxima primavera (mar-may) pasando del 26 al 79%, siendo probable que cambie a esta fase en el mes de abril; posteriorme, seguiría enfriándose el mar.
Ahora, en el verano 2024 entre jun-ago La Niña estaría regresando con una probabilidad superior al 50%, ocurriendo entre mayo o junio; y así, conforme el verano hacia el otoño transcurran, La Niña se fortalecería y ganando terreno.
Una situación similar experimentamos en 2007-2012 cuando tuvimos Niña prolongada, cambiando a un breve El Niño fuerte y regresando una Niña fuerte. ¿Tendremos efectos similares en México? Aquí es cuando se torna incierto lo que podría ocurrir debido a las semanas que nos distan, por lo que se deben tomar con reserva las siguientes previsiones.
Barrera de primavera
Entre los meses de febrero a abril, la circulación atmosférica comienza a cambiar, para pasar de una situación invernal a primaveral; a los modelos meteorológicos y climáticos les cuesta simular correctamente estas variaciones, por lo que los resultados obtenidos se deben tomar con cautela.
Tendencia de la segunda quincena de febrero
El anticiclón y su dorsal que actualmente dominan, se habrían retirado rápidamente para dar paso a la corriente en chorro con la formación de DANA’s y/o vaguadas polares generando periodos de tiempo invernal.
Por ahora, estos efectos se pueden presentar en la mayor parte de los estados del centro-norte de nuestro país, justo pasando mediados de mes asociado a lluvias, viento, nevadas y ambiente muy frío. A finales de mes, podrían retornar condiciones secas, pero bajo un ambiente aún fresco o frío.
Primavera meteorológica: ¿más calor o lluvias?
En general, las condiciones pueden ser más secas y calurosas de lo normal, asociado a lo último que quede del fenómeno de El Niño; son probables anomalías inferiores de 25 a 50 mm desde Chihuahua-Coahuila hasta Guerrero, incluyendo el Valle de México.
Existe incertidumbre sobre estados del noroeste y sureste, ya que no hay consenso en los modelos, algunos indican más lluvias y otros un notable déficit. Bajo la presencia de El Niño, es común que el noroeste, occidente y centro aún reciba periodos de lluvia, así que no quedan descartadas condiciones invernales.
El calor estaría presente, pero es IMPOSIBLE asegurar si será récord o cuántas olas de calor pueden desarrollarse. Hay que considerar las tormentas vespertinas y turbonadas en el noreste, oriente, centro y sureste que podrían regular las temperaturas entre abril y mayo.
El regreso de La Niña
Prácticamente todos los modelos sustentan este escenario, comenzando señales de La Niña a finales de marzo cuando pasaríamos a una fase neutra y siendo más notable de abril a mayo, siendo entre estos meses cuando se podría hacer oficial su regreso.
Fenómeno climático que cambia la circulación global cuando la temperatura de la superficie del mar del Pacífico ecuatorial presenta una anomalía igual o inferior a -0.5°C por al menos 1 mes.
De forma muy tentativa, podría ser rápida su aparición e intensificación, existiendo probabilidad para que en el otoño se alcance una intensidad moderada a fuerte (anomalías inferiores a -1 °C), incluso algunos modelos resuelven extremos cercanos a -2 °C. De este fenómeno dependería en gran medida la disponibilidad de agua en territorio mexicano.
Su influencia en verano
Sobre el Atlántico, los vientos alisios que se desplazan hacia nuestra región, tienden a ser más débiles, lo que potencializa la inestabilidad en las ondas tropicales hacia situaciones más lluviosas, además de que éstas pueden evolucionar fácil y recurrentemente a ciclones tropicales.
Asimismo, el viento en la altura también se debilita, permitiendo la organización de sistemas nubosos con mayor potencial de intensidad en sistemas tropicales. Por ende, con La Niña los veranos son más lluviosos en gran parte de México, especialmente el noreste, centro, oriente y sureste y parte del Pacífico.
Este panorama más lluvioso lo podríamos tener si La Niña se desarrolla como actualmente se prevé. En contraste, en el Pacífico nororiental la actividad ciclónica es menor al haber aguas más frías y mayor cizalladura; esto no significa que estemos libres de tener algún ciclón con efectos directos o indirectos.