¿Sabías que la luz artificial también es fuente de contaminación?
La contaminación lumínica es un término reciente. En México el 40 % de la iluminación pública se convierte en contaminación y representa un derroche de 14 mil millones de pesos anuales.
Poder disfrutar de un cielo nocturno oscuro donde se puedan ver muchísimas estrellas e incluso la Vía Láctea es un privilegio que solo puede disfrutar el 20 % de la población mundial. Vivir en grandes urbes como la Ciudad de México es una inevitable decepción si te gusta disfrutar la oscuridad.
En el mundo la contaminación lumínica aumenta alrededor del 4 % al año y esto tiene un impacto negativo en la observación astronómica porque impide observar objetos celestes débiles o distantes. Este tipo de contaminación reduce hasta en un 90 % la cantidad de objetos celestes que se pueden observar a simple vista.
Desde noviembre de 2022 la Organización de las Naciones Unidas anunció que somos 8 mil millones de personas en el planeta, de las cuales cerca del 60 % vive en ciudades. El problema de la contaminación lumínica no solo se debe al aumento de la población, sino también a la mala gestión de la luz artificial.
Precisamente la definición de contaminación lumínica es la diferencia entre la luz que se produce y la que realmente se necesita, ese residuo de luz que no es aprovechada se desperdicia en la atmósfera. En México el 40 % de la iluminación pública se convierte en contaminación y representa un derroche de 14 mil millones de pesos anuales.
La protección de los cielos oscuros va más allá del interés de la investigación en astronomía, tiene una serie de beneficios que se relacionan con la protección del ambiente, las especies nativas de flora y fauna, la salud de las personas, la naturalidad del ciclo del sueño y un componente importante de eficiencia y ahorro energética como se mencionó con anterioridad.
¿Cómo se mide la contaminación lumínica?
Una manera de cuantificar la contaminación lumínica es utilizar un fotómetro con la desventaja que solo ofrece mediciones locales, sin embargo, la disponibilidad de datos satelitales permite determinar el verdadero impacto de este problema. El uso de modelos también es una poderosa herramienta para medir el brillo del cielo nocturno. Otro procedimiento es utilizar la escala de la oscuridad del cielo de Bortle, la cual va de un nivel 1 (cielo oscuro) a un nivel 9 (centro de una ciudad).
Es importante hacer estudios sobre la contaminación lumínica porque permiten identificar cuáles son las diferentes fuentes que contribuyen al problema. A partir de los resultados se logra determinar la contribución de cada fuente y establecer políticas públicas para mejorar la iluminación de cada uno de estos contribuyentes a la contaminación.
Turismo astronómico
El disfrute del cielo nocturno y de los astros ha estado presente desde el inicio de la humanidad. En el siglo XXI el turismo astronómico ha cobrado fuerza, alrededor del planeta existen sitios privilegiados para dedicarse a mirar el cielo en total oscuridad, es el caso del Parque nacional del Gran Cañón en Estados Unidos.
¿Dónde poder disfrutar de un cielo estrellado en México?
El estado de Baja California es el único en el país que cuenta con una Ley del Cielo que reglamenta la iluminación pública para controlar la contaminación. En México existen varios sitios para disfrutar de un cielo estrellado, estos lugares están distribuídos principalmente en la península de Baja California y en estados como Durango, Chihuahua, Coahuila y Veracruz.
Peña del Aire
A poco más de una hora de la Ciudad de México se localiza Peña del Aire, sitio privilegiado para la observación astronómica que se ubica dentro del Geoparque de la Comarca Minera en el estado de Hidalgo. Este punto está en proceso de certificación para convertirse en el primer Parque de Cielo oscuro de México y América Latina.
Antes de decidir viajar a cualquier destino de cielo oscuro ten en cuenta la fase de la Luna, revisa el pronóstico de nubosidad y otras variables meteorológicas en las redes sociales y aplicación de Meteored.