¿Qué son las misteriosas enanas marrones? Un misterio cósmico

Ni un planeta ni una estrella, pero tan fascinantes como ambos: las enanas marrones son el extraño promedio del universo.

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Enanas marrones: híbridos cósmicos que no son ni planetas ni estrellas, pero que aún fascinan a la galaxia.


Las enanas marrones son el punto medio entre un gigante gaseoso como Júpiter y una estrella real. Su masa está entre 12 y 80 masas de Júpiter, lo que los hace más pesados que los planetas más grandes, pero no lo suficientemente pesados como para sostener la fusión nuclear que hace brillar a las estrellas. Pero a pesar de su tamaño y masa, no brillan como estrellas reales: una especie de enigma cósmico que desafía la definición.

Una luz que se apaga rápidamente

Las enanas marrones emiten radiación, pero no porque conviertan el hidrógeno en helio como lo hacen las estrellas. En cambio, su brillo proviene del calor residual que almacenaron cuando se formaron.

Este calor se desvanece con el tiempo: las enanas marrones jóvenes brillan de color rojo brillante, pero a medida que envejecen se desvanecen hacia el magenta y, finalmente, hacia la luz infrarroja, que sólo es visible con telescopios especiales. Terminan siendo objetos fríos y oscuros: más sombras que luces.

Fusión a corto plazo: un pequeño momento estelar

Sin embargo, una cosa distingue a las enanas marrones de los planetas: pueden fusionar deuterio durante un corto período de tiempo. El deuterio es una forma especial de hidrógeno, con un protón y un neutrón. Este tipo de fusión les proporciona energía durante un breve periodo de tiempo: un "momento estelar" que sólo dura unos pocos millones de años. Después de eso, todo el deuterio se agota y las enanas marrones finalmente se enfrían.

¿Por qué se quedan tan pequeños?

Aunque son más masivas que Júpiter, las enanas marrones son apenas mayores en tamaño. ¿Por qué? A diferencia de las estrellas, carecen de una fuerte fuente de energía que aumente su presión interna y las haga hincharse. En cambio, actúan fuerzas físicas exóticas, como la llamada presión degenerativa. Esto asegura que las enanas marrones permanezcan relativamente compactas a pesar de su gran masa. Entonces son “pequeños gigantes” que parecen pesados pero diminutos.

¿Qué les pasa al final?

Después de su breve juventud impulsada por la fusión, las enanas marrones llevan vidas corrientes. Se enfrían lentamente, emiten cada vez menos luz y se convierten en objetos oscuros y fríos que vagan por la galaxia. Es un final silencioso, casi invisible, pero es esta naturaleza misteriosa lo que lo hace tan fascinante para los astrónomos.

Las enanas marrones son una prueba de que el universo no encaja en categorías claras. Son demasiado pesados para ser planetas y demasiado livianos para convertirse en verdaderas estrellas. Su existencia única los convierte en interesantes objetos de estudio y nos recuerda que el universo es a menudo más complicado de lo que pensamos.