¿Por qué se detuvo el dinamo de la Luna?
Un campo magnético más poderoso cubría la Luna; inclusive se cree que, era mas fuerte que el de nuestro Tierra en la actualidad, pero con el paso de lo años lo perdió. Entérate sobre lo que le paso al "Dinamo lunar".
Un campo magnético, es un conjunto de fuerzas que se encuentra rodeando una fuente de energía magnética. Para nosotros es parte del escudo protector invisible que cubre nuestro planeta Tierra, y es llamado magnetósfera. Dicho campo, bloquea las partículas cargadas de alta energía, que nos llegan constantemente con el viento solar a la atmósfera.
Su existencia es de vital importancia, ya que gracias al campo magnético la vida en la Tierra es posible. Por otro lado nuestro satélite natural la Luna, según científicos astrónomos afirman que hace miles de millones de años atrás también tenía su propio campo magnético, incluso creen que hasta llegó a ser más fuerte que el de nuestro planeta en la actualidad.
Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts, EU., se dedicó a analizar muestras de roca lunar de distintas épocas, que aún conservan vestigios del campo magnético que recubría a nuestra Luna. Rastreando la evolución del campo magnético, es como los científicos pretenden descubrir por qué el dinamo desapareció.
La Luna con el paso del tiempo
El “Tesla” es una unidad de medida que se utiliza para contar la densidad del flujo magnético (conocido como inducción magnética). De la investigación resulta que el campo magnético de la Luna, hace 4 mil millones era de 100 microteslas, (o sea el doble de importante que el de la Tierra, con 50 microteslas actualmente).
En ese momento la Luna era joven y estaba más cerca de la Tierra, esa cercanía entre los cuerpos celestes habría generado el dinamo lunar. La fuerza gravitacional de nuestro planeta fue capaz de agitar el núcleo líquido de la Luna y generar un importante dinamo en ella, el cual crearía las corrientes eléctricas de su propio campo magnético.
Se conoce que a medida que pasaron los años la Luna se fue alejando de la Tierra (hoy en día se encuentra unas 18 veces más lejos que cuando se formó, hace 4500 millones de años), de hecho se sigue alejando a razón de casi cuatro centímetros por año. Es hasta casi intuitivo pensar que a medida que se alejaba, la gravedad terrestre que ejercía sobre el núcleo lunar líquido se hacía cada vez más débil, como consecuencia el campo magnético también se debilitaba.
Pasaron miles de millones de años, hasta que la distancia Tierra-Luna fue lo suficientemente importante, como para que la fuerza de gravedad terrestre dejara de tener efecto sobre el núcleo de nuestro satélite. Es así como hace unos 2500 millones de años, el núcleo de la Luna comenzó un proceso de cristalización.
El Dinamo interno de la Luna se detiene
Esa cristalización es justamente el principio del fin. Porque a pesar de que la Tierra ya estaba lejos, ahora era el propio proceso de cristalización el que generaba un movimiento en los líquidos internos de la Luna. Ese movimiento era capaz de seguir generando un campo magnético aunque mucho más disminuido. Dejo de funcionar el dimano cuando el núcleo se cristalizó completamente.
Los científicos estiman que eso ocurrió hace unos 1000 millones de años. Al analizar las rocas de esa época, los investigadores descubrieron que el campo era de apenas 0.1 microteslas. Lo que aún no puede terminar de dilucidar los científicos que investigan el tema es si el dinamo ya se apagó para siempre, o si entró en un ciclo llamado “pausa-activo” antes de morir.
La Luna queda desprotegida
Otra investigación llevada a cabo durante los últimos años por el Dr. Andrew Poppe, de la Universidad de California, Berkeley, explica que antes se pensaba que los fenómenos asociados al viento solar impactaban en la superficie lunar sin ningún tipo de obstáculo. Sin embargo, importantes datos de naves espaciales y de simulaciones en computadora, han revelado que la Luna tiene una gran influencia invisible sobre el viento solar.
La Luna influye eléctricamente en el flujo de partículas cargadas que emite el Sol. Un colega de Poppe, el Dr. Jasper Halekas, afirma: "Vimos haces de electrones y fuentes de iones en el lado diurno de la Luna". Estos fenómenos se han observado hasta a 10 mil km por encima de nuestro satélite, y generan una especie de turbulencia en el viento solar por delante de ella, provocando cambios en la dirección del viento solar y su densidad.