¿Sabías que el polvo del Sahara es un inhibidor de Huracanes?
La Temporada de Huracanes 2020, empieza con muchos sistemas nombrados, sin embargo durante el mes de junio el arribaron masas de aire seco procedente del Sahara, acción que detuvo el desarrollo de algunos ciclones tropicales que podían haber sido fuertes y longevos.
La Temporada de Huracanes en el Atlántico Norte, se prevé significativamente más activa de lo normal, al tener anomalías térmicas positivas en la superficie del mar en buena parte de esta cuenca oceánica. Además, un pequeño episodio de La Niña debería debilitar los vientos en altura sobre el Océano Atlántico, lo que resulta favorable para el desarrollo de ciclones tropicales. Un entorno con poca cizalladura y una temperatura de la superficie del mar superior a los 26ºC, que resultan favorables para que una onda del este o cualquier baja presión acabe formando un ciclón tropical.
Sin embargo, los vientos en altura y la temperatura de la superficie del océano no son los únicos ingredientes de los que precisa un ciclón tropical para formarse e intensificarse. La humedad de la masa de aire circundante es muy importante y no siempre disponen de ella. Las masas de aire continentales y en especial aquellas que proceden del desierto del Sahara empujadas por los alisios, tienden a limitar la formación de nubes e impedir la convección.
El polvo Sahariano, que a menudo afecta a la Península Ibérica y las Islas Canarias dando lugar a episodios de calima, es un indicador excelente que ayuda a posicionar el aire seco e inhibidor en la formación de ciclones tropicales y, como tal, es muy utilizado en las predicciones y seguimiento de estos sistemas.
Los modelos intuyen ciclones tropicales más peligrosos en pocos días
Hasta ahora la temporada de ciclones tropicales esta cumpliendo e incluso superando las previsiones que la situaban por encima de la media, habiéndose formado 9 ciclones tropicales hasta la fecha, una cifra muy significativa. Sin embargo, ninguno ha resultado especialmente duradero.
Estas últimas semanas han destacado por las continuas y extensas irrupciones de polvo Sahariano sobre el océano, alcanzando el Continente Americano, donde ha producido episodios de calima. Todo este aire seco con polvo en suspensión ha sido el responsable de retener la intensidad ciclónica en el Atlántico tropical.
Hanna, fue octavo ciclón tropical con nombre de la temporada de huracanes en el Océano Atlántico 2020, se desarrolló en el Golfo de México y ocasiono efectos nocivos sobre Texas y el norte de México. Gonzalo, por otra parte, lucho contra ese aire seco aún presente en el Atlántico Central, a diferencia de sus predecesores ganó algo de intensidad con vientos sostenidos que rondaron hasta los 100 km/h, pero su intensidad y duración no fueron tan largas como se esperaban.
Son varios los modelos que insinúan que nuevos sistemas tienen un alto potencial de transformarse en huracanes. Esta predicción también responde a la disminución del aire seco procedente del Sahara y, por tanto, a mejores condiciones para el desarrollo de ciclones tropicales. Es por esta razón que la temporada de huracanes 2020 puede activarse más durante los próximos días, obligándonos a vigilar muy de cerca lo que sucede en el Atlántico.