Las auroras ocasionan daños a infraestructuras, ¡Cuidado con las perturbaciones magnéticas!
Las auroras pueden ser generadas por tormentas geomagnéticas pero también por choques interplanetarios, los mismos capaces de dañar la infraestructura eléctrica de nuestro planeta.
A todos nos fascinan las auroras, con su juego de luces y formas decididamente encantador, nos encanta verlas moverse sinuosamente en el cielo, pero en realidad es la cara fascinante de la moneda.
Sí, porque en realidad este increíble espectáculo se genera sólo en condiciones particulares: cuando el campo magnético terrestre sufre una perturbación externa.
Esta perturbación puede producirse por la llegada de partículas cargadas procedentes del Sol que luego llegan a nuestro planeta, o puede ser provocada por choques interplanetarios capaces de comprimir el campo magnético terrestre.
Tanto la llegada de partículas solares como los choques interplanetarios también provocan corrientes inducidas en la Tierra que también pueden dañar las infraestructuras que conducen la electricidad, como los gasoductos.
Un nuevo estudio
Según un estudio publicado en Frontiers in Astronomy and Space Science, cuando hablamos de choques interplanetarios no basta con hacer referencia a su intensidad sino que también es necesario estudiar su ángulo de impacto para comprender plenamente sus posibles efectos en nuestro planeta.
Seguramente choques más fuertes significan corrientes y auroras más poderosas, pero choques menos poderosos pero frecuentes también pueden causar daños.
De hecho, el primer autor del artículo, el Dr. Denny Oliviera del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, afirmó:
Sin embargo, añadiendo poco después:
Según su trabajo, de hecho, cuando un choque interplanetario golpea la Tierra de frente produce corrientes inducidas más fuertes, esto se debe a que comprimen nuestro campo magnético más que aquellas que nos golpean en un cierto ángulo.
Los picos de las corrientes inducidas en el caso de choques frontales no sólo son máximos inmediatamente después del choque sino también durante la subtormenta posterior.
Predecir estos trastornos es posible
Sin duda, una nota positiva de este estudio es que los ángulos de estos choques se pueden predecir hasta dos horas antes del impacto. Obtener esta información temprano podría permitirnos implementar protecciones para las redes eléctricas y otras infraestructuras vulnerables.
Para obtener estos datos, los científicos utilizaron una base de datos de choques interplanetarios y la cruzaron con lecturas de corrientes inducidas por un gasoducto en Mantsala, Finlandia, una zona donde, durante los períodos de mayor actividad, son bastante frecuentes las auroras polares.
Obviamente entonces para calcular las propiedades de estos choques, como el ángulo y la velocidad, utilizaron datos sobre el campo magnético interplanetario y el viento solar. Además, los shocks se dividieron en tres grupos: shocks muy inclinados, shocks moderadamente inclinados y shocks casi frontales.
Este tema está lejos de ser completamente comprendido y analizado, todavía esconde numerosos misterios que seguramente futuras investigaciones podrán revelar.