La interacción de Marte con la Tierra afecta a las corrientes oceánicas de nuestro planeta
Un reciente estudio concluyó que la interacción gravitatoria de Marte y la Tierra tiene un efecto sobre las corrientes marinas. También se logró determinar que hay ciclos de 2,4 millones de años que afectan a las corrientes profundas.
Los resultados de una reciente investigación publicados el pasado 12 de marzo en Nature Communications señalan que existe una antigua conexión entre Marte y la Tierra, y que esa interacción está influyendo en las corrientes oceánicas de nuestro planeta. Ese efecto se sobrepone a los patrones de calentamiento global del pasado y la aceleración de la circulación oceánica profunda, tal como también indica National Geographic.
En el sumario del trabajo se indica que el forzamiento astronómico del clima de la Tierra está integrado en los ritmos de los registros estratigráficos, sobre todo en los ciclos de Milankovitch de corta duración (104-105 años). Los grandes ciclos astronómicos con periodos de millones de años también modulan la variabilidad climática, pero se han detectado en relativamente pocos registros indirectos.
Los científicos que conformaron este estudio son miembros de las universidades de Sídney en Australia, y la Sorbona de Francia. La Dra. Adriana Dutkiewicz de la Facultad de Geociencias de la Universidad de Sídney fue quien comandó al grupo de trabajo. Ellos vieron que hay un ciclo de 2,4 millones de años en el que las corrientes profundas aumentan y disminuyen. A la vez, el fenómeno tiene relación con tiempos de mayor energía solar y un clima más cálido.
Marte ayuda a definir la circulación marina
Para realizar la investigación se recurrieron a recurrieron a más de 50 años de datos de perforaciones científicas en cientos de lugares de todo el mundo. Esto se complementó con el registro de sedimentos de aguas profundas para buscar vínculos entre los cambios de esas regiones y los de la órbita de la Tierra. Juntando ambas fuentes de información, los autores del trabajo consiguieron revelar la existencia de esos ciclos de 2,4 millones de años que experimentan las corrientes profundas de los océanos de nuestro mundo.
El punto que resultó sorprendente es que esto se esté produciendo debido a las interacciones de las órbitas de la Tierra y Marte. En un comunicado dado a conocer por la Universidad de Sydney, la Dra Dutkiewicz indicó que «nos sorprendió encontrar estos ciclos de 2,4 millones de años en nuestros datos sedimentarios de aguas profundas. Sólo hay una forma de explicarlos: están vinculados a ciclos en las interacciones de Marte y la Tierra en órbita alrededor del Sol”.
Este ciclo de 2,4 millones de años en el registro geológico muestra que la energía de las corrientes marinas profundas aumenta y disminuye a medida que los océanos se enfrían y se calientan. Y este proceso está ligado a la energía de atracción de la Tierra y Marte. Los científicos creen que esta comprobación podrá ayudar a lograr la elaboración de mejores modelos climáticos.
Cambio climático a escala geológica
El revelador trabajo aborda las cuestiones de cómo el cambio climático a escala geológica afecta a la circulación oceánica y cómo esto podría ayudar a los científicos a modelizar los resultados de climas futuros. Los investigadores trataron de averiguar si las corrientes del fondo oceánico se vuelven más vigorosas o más lentas en un clima más cálido. Es importante destacar que aquí referimos a cambios en el clima en una escala geológica. Estamos hablando de millones de años.
Es por ello que estos ciclos no están relacionados con el rápido calentamiento global actual causado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero en una escala de décadas. Es por ello que para ir atrás en el tiempo a esa escala se utilizaron más de medio siglo de datos de perforaciones científicas alrededor del mundo para comprender el vigor de las corrientes de aguas profundas a lo largo del tiempo.
Para establecer el período de 2,4 millones de año se utilizó el registro de sedimentos de aguas profundas para buscar vínculos entre los cambios sedimentarios y los cambios en la órbita terrestre. Estos ciclos se denominan "grandes ciclos astronómicos" relacionados con las interacciones de las órbitas de la Tierra y Marte.
Sin embargo, rara vez se detectan pruebas de ello en el registro geológico, algo que se ha logrado ahora. Es posible que estos ciclos mitiguen en parte el estancamiento oceánico que, según algunas predicciones, podría seguir al debilitamiento del AMOC (circulación meridional atlántica).