¿Existirá un equilibrio entre crecimiento económico y el ambiente?
Vivimos en la era de la multidiciplina, en la actualidad los estudios respecto al desarrollo sostenible involucran datos ambientales y por supuesto económicos, te contamos un poco sobre esta relación.
“No me lo creo”… fueron las palabras que utilizó Donald Trump cuando le preguntaron su opinión sobre el Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático. Aún sabiendo que Estados Unidos de América es el segundo país con mayor emisiones de gases de efecto invernadero, principales precursores del aumento de 1°C en la temperatura del planeta y del incremento de 20 cm del nivel del mar desde 1880.
La contaminación ambiental y sus impactos están ligados al aumento en la producción. Estos impactos repercuten en una población más vulnerable a los riesgos y a una distribución desigual de la riqueza y los recursos, lo que a la larga volverá cada vez más extrema la pobreza.
Si una comunidad depende de los cultivos comerciales, la vida resultará cada vez más difícil para la población rural, provocando una posible migración a las ciudades, generalmente a alojamientos precarios y barrios marginales, vulnerables a riesgos, que a la larga conllevan al malestar social.
Los problemas ambientales derivados del desarrollo económico comienzan a hacerse notorios a raíz de la revolución industrial, cuando la emisión de los gases de efecto invernadero, principales precursores del calentamiento global y por lo tanto del cambio climático incrementaron.
Un cambio climático induce a una crisis climática que impacta en el ambiente a través de pérdidas en los sectores que se dedican a los recursos naturales, por ejemplo, la agricultura. No sólo de esta forma se viven y vivirán consecuencias, también influye en la salud y en el aumento a la vulnerabilidad ante la capacidad de respuesta a desastres.
Estas consecuencias afectan de distinta forma a los países desarrollados y a los localizados en el tercer mundo, en la misma lógica, también afectan diferente a los individuos que se encuentran en una situación de pobreza.
Las teorías marginalistas pueden ser ayudar
El pensamiento marginalista puede apoyar a responder la pregunta clave ¿Existe un equilibrio entre el crecimiento económico y el cuidado ambiental?, si bien en el pasado no lo hubo, en nuestros días, sí puede existir. El cálculo y en general las matemáticas deben ser la principal herramienta para entender qué nos da mayor utilidad.
Sin embargo, este análisis debe ser a diferencia de los marginalistas, con restricciones, considerando un sistema finito con recursos naturales no renovables. La única opción es una respuesta encaminada a buscar un crecimiento sostenible a largo plazo. Pueden desarrollarse estudios similares a los de William Nordhaus respecto a quien contamina no asume todo el costo de lo que provoca su actividad, de esta forma los países en conjunto pueden planear opciones de mitigación y adaptación a la crisis ambiental.