Entre el cielo y la tierra: la sorprendente belleza paisajística de los sitios astronómicos
Sucede que los mejores cielos nocturnos se ven desde lugares de especial belleza y riqueza histórica, pero esto no es casualidad. El Observatorio ESO ofrece un ejemplo.
Algunos de los sitios de observación más importantes del mundo tienen algo verdaderamente especial. Incluso antes de ser especiales por sus propiedades observacionales, fueron considerados especiales por las bellezas naturalistas que los han convertido en lugares sagrados a lo largo de los siglos.
Sitios de observación astronómica
Los lugares seleccionados para la construcción de grandes observatorios astronómicos ofrecen al observador cielos oscuros y transparentes de excepcional belleza. Gracias a la bajísima contaminación lumínica pero también a la gran altitud del lugar, el cielo nocturno aparece literalmente lleno de estrellas y ninguna luz artificial distrae la contemplación.
Las montañas desérticas se encuentran entre los lugares más adecuados para construir observatorios, y es en estas montañas donde se ubican hoy en día algunos de los observatorios más importantes del mundo.
Incluso los cráteres de volcanes extintos son lugares ideales para construir observatorios astronómicos. Pensemos, por ejemplo, en las islas hawaianas, que albergan observatorios astronómicos como el Gemini Norte o los telescopios Keck I y II, ambos situados a lo largo del borde del volcán Mauna Kea.
Los Andes, un lugar especial
Entre las montañas desérticas, los Andes en Chile son particularmente especiales. Aquí se construyó el Observatorio Europeo Austral (ESO), con telescopios distribuidos en tres cerros principales: Cerro La Silla, que es también el primer sitio en orden cronológico en donde se ubicaron los telescopios del ESO, se han instalado el Cerro Paranal donde se construyeron los telescopios VLT, el llano de Chajnantor donde se ubican los radiotelescopios APEX y ALMA y el Cerro Armazones donde se está construyendo el Extremely Large Telescope (ELT).
En muchos casos se trata de lugares ricos en belleza natural pero también en historia antigua. El hecho de que estos lugares fueran frecuentados por poblaciones antiguas o fueran considerados lugares sagrados por los nativos creó inicialmente tensiones en la expedición de permisos para la construcción de los Observatorios.
Sin embargo, la construcción de estos telescopios y su infraestructura siempre se ha llevado a cabo con considerable atención, sensibilidad y respeto hacia lo que o quién vino antes.
El objetivo es lograr un impacto ambiental mínimo y la propia presencia de estos observatorios se traduce en restricciones adicionales para preservar la integridad de los lugares.
La belleza de estos lugares y su riqueza histórica no es menor que la belleza de sus cielos nocturnos o la belleza de las maravillas del Universo a las que estos lugares se convierten en puertas de entrada.
El Observatorio Europeo Austral, que publica sistemáticamente "la foto de la semana", quizás la más bella o representativa de la ciencia que se hace con sus telescopios, ha pensado bien en elegir como foto de la semana un tema entre las bellezas terrestres del lugares en donde se encuentran los telescopios.
La foto de portada muestra un antiguo arco de piedra de la Fortaleza de Quitor del siglo XII, habitada por el pueblo indígena atacameño. Esta fortaleza está ubicada cerca del pueblo de San Pedro de Atacama, no lejos de la llanura donde se ubica el radiotelescopio ALMA.
El arco de esta fortaleza enmarca al fondo el volcán Licancabur, tras el cual se encuentra el lago del mismo nombre, uno de los más altos del mundo.