Libera NASA increíble imagen para celebrar el Primer Aniversario del Telescopio Espacial James Webb
En un exitoso primer año del Webb, la NASA ha publicado la imagen de una pequeña región de formación de estrellas en el complejo de nubes Rho Ophiuchi.
El pasado 12 de julio se cumplió un año de ver el Universo con nuevos ojos, pues se cumplió el primer aniversario de que el Telescopio Espacial James Webb tuviera su primera luz, término que en astronomía se usa para el inicio de operaciones científicas.
Y es que el telescopio ha cumplido su promesa de mostrarnos, como nunca antes, el Universo y sus misterios desde una nueva perspectiva en la que hemos sido testigos de las maravillas de nuestra familia estelar hasta el inicio de los tiempos.
Y para celebrar este primer aniversario, la NASA echó la casa por la ventana, revelando una imagen por demás cautivadora de algo que en astronomía se conoce como guardería estelar, una región de la galaxia en la que están naciendo las estrellas.
Dicha zona es conocida como Rho Ophiuchi, debido a que se encuentra en la constelación de Ofiuco, una de las que deberían considerarse dentro del Zodiaco, pues también cruza por la Eclíptica, esa línea imaginaria por la cual viaja el Sol en su viaje a lo largo del año y que se encuentra entre las constelaciones de Sagitario y Escorpión.
Alcance científico del primer año
En su primer año, el Telescopio Espacial James Webb ha transformado nuestra visión del cosmos, pues nos ha mostrado desde el contenido de las nubes de polvo que con otros telescopios era infranqueable, hasta la luz proveniente de los confines del universo observable.
Cada nueva imagen que ha presentado, ha sido motivo de asombro no sólo entre el público en general sino también para la comunidad astronómica que con cada imagen, con cada observación y con los datos que se generan, se formula nuevas preguntas que hasta hace unos años eran impensables.
La Guardería Estelar
La nueva imagen de Webb publicada presenta la región de formación estelar más cercana a nosotros. Pues se encuentra tan solo a 390 años luz de distancia, lo que nos permite obtener un primer plano muy detallado, sin estrellas que interfieran en toda la zona central de dicha región.
Se aprecian unas 50 estrellas jóvenes, todas ellas de masa similar al Sol, o incluso más pequeñas. Las regiones más oscuras son las más densas, pues el polvo envuelve a las protoestrellas en formación.
Enormes chorros bipolares de hidrógeno molecular, representados en color rojo, dominan la imagen, y aparecen horizontalmente de un lado a otro en el tercio superior y verticalmente en el lado derecho. Estos ocurren cuando una estrella estalla por primera vez a través de su envoltura natal de polvo cósmico, lanzando al espacio un par de chorros opuestos..
Klaus Pontoppidan, quien se desempeñó como científico del proyecto Webb en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland, desde antes del lanzamiento del telescopio y durante el primer año de operaciones mencionó al respecto lo siguiente:
Es notable como algunas estrellas en la imagen muestran sombras reveladoras que indican discos protoplanetarios: futuros sistemas planetarios potenciales en formación que se han estudiado desde hace años y son conocidos como objetos Herbig-Haro, pues el gran astrónomo mexicano Guillermo Haro los descubrió con el telescopio de 1m desde Tonantzintla, Puebla.
Futuro de la ciencia con Webb
Más allá de las impresionantes imágenes en infrarrojo, lo que realmente ha entusiasmado a los científicos son los nítidos espectros de Webb: la información detallada que puede obtenerse a partir de la luz mediante los instrumentos espectroscópicos del telescopio.
Los cuales han confirmado la distancia a la que se encuentran algunas de las galaxias más lejanas que se hayan observado, y han descubierto los agujeros negros supermasivos más antiguos y distantes. También ha identificado la composición de las atmósferas planetarias con más detalle que nunca, y por primera vez han refinado los posibles tipos de éstas que podrían existir en los exoplanetas rocosos.
También han revelado la composición química de las guarderías estelares y de los discos protoplanetarios, detectando agua, moléculas orgánicas que contienen carbono y otras características. Las observaciones de Webb ya han dado lugar a cientos de artículos científicos que responden a antiguas preguntas y plantean otras nuevas para responder en los próximos años.
La amplitud de la misión científica también es evidente en sus observaciones del Sistema Solar. Los débiles anillos de gigantes gaseosos aparecen en la oscuridad, salpicados de lunas, mientras que en el fondo Webb nos muestra galaxias lejanas. Con esto, podremos desarrollar pistas acerca de nuestros propios orígenes y poder descifrar cómo la Tierra se convirtió en el lugar ideal para la vida tal como la conocemos.