El llanto de los bebés humanos provoca cambios en el comportamiento de los reptiles
Los cocodrilos pueden percibir la angustia de los bebés humanos a través de sus llantos, esto debido a un cambio en la frecuencia sonora, según un nuevo estudio. Aquí te contamos más.
Según un estudio publicado en la revista Royal Society, realizado por la Universidad de Saint-Etienne y Lyon, Francia y el Laboratorio de Bioacústica y Centro de Investigación ENES, los cocodrilos, reptiles depredadores, se mueven rápida y agresivamente hacia el sonido del llanto de los bebés, pudiendo saber si están realmente angustiados.
De acuerdo con el equipo de investigadores, los cocodrilos están tan acostumbrados a los llantos de los bebés humanos y las crías de otros grandes simios que pueden reconocer su angustia mejor que las personas.
Esta conclusión se basa en los cambios de frecuencia, no de tono. Los cocodrilos se acercan rápidamente a los sonidos de bebés humanos, chimpancés y bonobos (chimpancés pigmeos) angustiados. Aunque la mayoría de los reptiles parecen querer devorar la fuente del llanto, algunos pueden intentar protegerlos.
Diferentes niveles de angustia provocan cambios en los cocodrilos
Para comprobar la capacidad de percepción de los cocodrilos, los investigadores utilizaron los llantos grabados de 24 bebés homínidos, entre ellos 12 humanos (Homo sapiens), 6 bonobos (Pan paniscus) en cautividad en zoológicos europeos y 6 chimpancés salvajes (Pan troglodytes) que vivían en Uganda.
Los bebés bonobos y chimpancés lloraban con distintos niveles de angustia en circunstancias naturales, como durante conflictos con otros simios o cuando estaban lejos de sus madres. Los bebés humanos lloraban durante el baño, en casa con sus padres o durante la vacunación en un centro sanitario.
A continuación se colocaron dos grandes altavoces alrededor de cada uno de los cuatro estanques del zoo Crocoparc de Marruecos. Cada estanque albergaba un grupo de hasta 25 cocodrilos del Nilo (Crocodylus niloticus) adultos, machos y hembras.
Tras el cierre del parque, los investigadores reprodujeron grabaciones de 30 segundos de los llantos de los bebés de cada grupo, con un intervalo de al menos 10 minutos. Los cocodrilos respondieron a los gritos de las tres especies girando la cabeza, nadando hacia el sonido y a veces incluso mordiendo a los altavoces.
¿Cómo reaccionaron los cocodrilos durante el experimento?
Según Grimault, los cocodrilos son reptiles bastante inmóviles y este experimento demostró una reacción contraria, ya que cuando se ponía una grabación de un bebé llorando y de repente 5 ó 7 cocodrilos se levantaban y se movían, se producía una reacción bastante fuerte.
Las reacciones de los cocodrilos fueron más violentas cuando las grabaciones tenían características acústicas no lineales, es decir, irregularidades sonoras como asperezas vocales o saltos de frecuencia causados a veces por salirse del rango normal de las cuerdas vocales de un animal. Por otra parte, los humanos evaluamos los niveles de angustia en función del tono del grito, una característica que los cocodrilos parecen ignorar.
Así, mientras que los humanos pueden confundir los niveles de angustia de los bebés de especies con llantos de tono más agudo, como los bonobos, los cocodrilos no se equivocarán tan fácilmente. Aunque la mayoría de los cocodrilos reaccionaron de forma depredadora a los gritos, uno de ellos pareció mostrar un comportamiento protector.
Los investigadores sugieren que este individuo era una hembra, ya que se situó delante del altavoz para defenderlo de otros cocodrilos. En el reino animal, las hembras de cocodrilo suelen defender a sus crías de los machos caníbales.
Puede que el atractivo del llanto de los bebés para los cocodrilos no se haya estudiado científicamente hasta ahora, pero el efecto general se conoce desde hace mucho tiempo. Según Grimault, en el siglo XIX los cazadores europeos de Sri Lanka utilizaban el llanto de los bebés humanos para atraer a los cocodrilos.