Después del esfuerzo físico, ¿Por qué tienes dolores y molestias? ¿De dónde vienen y cómo deshacerse de ellos?
Los dolores musculares post-ejercicio, son una señal de adaptación y reparación muscular después de un ejercicio intenso. Descubre en nuestro artículo cómo prevenirlos y aliviarlos.
En el mundo del deporte, los dolores y molestias suelen verse como resultado de una intensa sesión de trabajo.
Esta reacción corporal, aunque incómoda, en realidad esconde complejos mecanismos biológicos, señal de adaptación al ejercicio.
A través de este artículo te invitamos a sumergirte en el corazón del fenómeno de los dolores corporales, explorando sus orígenes, sus impactos en el organismo y las mejores estrategias para prevenirlos y aliviarlos.
Dolores: ¿qué son?
Los dolores, estos dolores musculares posteriores al ejercicio, son una experiencia común a muchas personas, ya sean principiantes o deportistas experimentados.
Generalmente aparecen entre 12 y 24 horas después de una actividad física inusual o particularmente intensa y pueden durar algunos días.
Si bien estos dolores suelen estar asociados a la eficacia del entrenamiento, plantean muchas preguntas sobre su naturaleza exacta, sus efectos en el organismo y, sobre todo, los medios para evitarlos o aliviarlos.
Microlesiones
Los dolores son el resultado de microlesiones de las fibras musculares, provocadas por esfuerzos físicos a los que el cuerpo no está acostumbrado.
Este microtraumatismo muscular provoca inflamación, que es la causa del dolor que se siente.
Contrariamente a la creencia popular, los dolores y molestias no se deben a la acumulación de ácido láctico, siendo este último eliminado unas horas después del ejercicio. Más bien, son una señal de que el músculo se está reparando y adaptándose para rendir mejor ante un esfuerzo similar en el futuro.
Efectos y sensaciones en el cuerpo
Las sensaciones asociadas con los dolores corporales varían desde una leve molestia hasta un dolor agudo que restringe el movimiento. Este dolor, aunque temporal, puede afectar la calidad de vida y la capacidad para realizar las actividades diarias.
Son señal de un proceso de curación y adaptación muscular, fundamental para el desarrollo de la fuerza y la resistencia.
¿Cómo prevenirlos?
Prevenir dolores y molestias requiere, sobre todo, una progresión gradual en la intensidad y duración del ejercicio físico.
Calentar antes del ejercicio y estirar después del ejercicio también puede ayudar a reducir el riesgo de dolor, aunque a veces se debate su eficacia.
La hidratación y una dieta equilibrada también juegan un papel crucial en la preparación y recuperación muscular.
Una vez que están ahí, ¿cómo puedes aliviarlos?
Para aliviar los dolores se pueden considerar varios métodos: reposo, masajes, aplicación de calor o frío, hidratación adecuada y uso de antiinflamatorios no esteroides (AINE) con precaución.
La recuperación activa, mediante ejercicio ligero, también puede ayudar a reducir la duración del dolor al promover la circulación sanguínea y la curación muscular.
En resumen, los dolores y molestias, aunque incómodos, son un paso normal y necesario en el proceso de adaptación del cuerpo al ejercicio. Por tanto, no deberían preocuparte y ahora tienes las claves para mitigar sus efectos.