¿Cómo se forman las olas de calor marinas? ¿Y por qué debería preocuparnos el aumento de la temperatura oceánica?
¿Sabías que las olas de calor marinas están siendo más frecuentes? Este fenómeno, vinculado al cambio climático, tiene consecuencias graves para la biodiversidad y el clima global. Descubre cómo se forman y por qué debemos preocuparnos.

En las últimas décadas las olas de calor marinas se han convertido en un fenómeno cada vez más relevante, especialmente en el contexto del cambio climático global antropogénico. Este fenómeno impacta los ecosistemas marinos y el sistema climático.
Seguro te resulta familiar escuchar de las olas de calor en regiones o países, y quizás te parezca raro hablar de este fenómeno pero en los océanos. Tal y como ocurre en la atmósfera, una ola de calor en el océano se caracteriza por un aumento anormal de la temperatura en ciertas regiones.
Una ola de calor marina se refiere a un período prolongado en el que la temperatura del agua está muy por encima del promedio en ciertas regiones oceánicas. Este calentamiento anormal puede durar desde días hasta varias semanas.
El fenómeno de las olas de calor marinas afectan principalmente las aguas superficiales del océano, aunque en algunos casos también pueden llegar a afectar regiones más profundas en el océano. Debido al cambio climático su frecuencia e intensidad ha aumentado.

Las olas de calor marinas no deben confundirse con el calentamiento global, aunque están relacionados. Mientras que el calentamiento global es un aumento generalizado de las temperaturas en la atmósfera y los océanos a nivel mundial, las olas de calor marinas son eventos en ciertas regiones oceánicas.
¿Cómo se forman las olas de calor marinas?
Las olas de calor marinas se producen cuando una serie de condiciones meteorológicas y oceánicas favorecen un aumento anómalo de la temperatura del agua. A continuación te describo algunos de los factores clave que influyen en su formación.
- Alta temperatura del aire (atmósfera): Las olas de calor marinas suelen estar asociadas con periodos de temperaturas extremadamente altas en la atmósfera. Esto es más frecuente durante los meses de verano, aunque también puede ocurrir en otras estaciones del año, dependiendo de las condiciones meteorológicas y climáticas.
- Debilidad del viento: Los vientos desempeñan un papel crucial en la distribución de calor en el océano. Cuando los vientos son débiles o inexistentes, el intercambio de calor entre el océano y la atmósfera se reduce. Como consecuencia, el agua superficial se calienta de forma anómala.
- Corrientes oceánicas y eventos climáticos: Las olas de calor marinas también pueden ser provocadas por fenómenos climáticos como El Niño. Estos cambios pueden favorecer el estancamiento de aguas cálidas en ciertas regiones, contribuyendo al aumento de la temperatura superficial del océano.
- La radiación solar: Durante los períodos de tiempo donde hay escasa o nula nubosidad el océano absorbe gran cantidad de energía solar. Cuando no hay suficiente turbulencia en el agua (provocada por vientos o corrientes), esta energía se acumula en la capa superficial del océano, lo que eleva las temperaturas de manera significativa.
¿Por qué debemos preocuparnos por el aumento de la temperatura oceánica?
El aumento de la temperatura del océano, y en particular de las olas de calor marinas, presenta una serie de riesgos para la biodiversidad marina y para los seres humanos. Varias especies marinas no pueden sobrevivir a las condiciones más cálidas del océano.
Una de las especies más afectadas son los arrecifes de coral, estos son extremadamente sensibles a las variaciones de temperatura. Un aumento sostenido de la temperatura puede provocar el blanqueamiento de los corales, lo que pone en peligro todo el ecosistema que depende de ellos.

Las olas de calor marinas pueden influir en los patrones climáticos globales. Un océano más cálido altera los sistemas de circulación atmosférica, lo que puede intensificar fenómenos meteorológicos como los huracanes.
Finalmente, el aumento de la temperatura marina también impacta actividades humanas como la pesca, el turismo y la industria marítima. Las olas de calor pueden dañar infraestructuras costeras y poner en riesgo las comunidades que dependen de los ecosistemas marinos para su subsistencia.