Científicos traen un "sabor del verano" al invierno antártico cultivando sandías
En el hemisferio sur, la Antártida puede parecer el último lugar donde se esperaría encontrar humanos cultivando sandías, pero los investigadores han hecho precisamente eso.
Científicos rusos han fabricado las condiciones adecuadas en el invernadero de la estación Vostok para cultivar sandías jugosas. Esta es una hazaña hortícola importante dado que fuera de la estación de investigación, un área de la Antártida llamada el Polo Frío, las temperaturas pueden alcanzar los 89.2 °C bajo cero que entumece el corazón.
Según una investigación de Renner y colaboradores (2021), el noreste de África, es decir, Sudán, es donde es más probable que haya surgido el progenitor de las sandías modernas. A pesar de que esta área del mundo es notoriamente cálida durante gran parte del año, los humanos que habitan o se establecen en áreas del mundo como la Antártida piensan que las sandías también deberían crecer allí. Y ahora, lo hacen.
En un proyecto en colaboración, científicos del Instituto de Investigación Agrofísica, la Expedición Antártica Rusa del Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida (AARI) y el Instituto de Problemas Biomédicos de la Academia Rusa de Ciencias, se unieron para desarrollar un entorno en el que se podría elevar la temperatura y la humedad del aire para generar las condiciones adecuadas que fueran favorables para el cultivo de sandías jugosas.
El grupo eligió específicamente dos tipos de sandías de maduración temprana por su excelente sabor, así como por su capacidad para soportar la baja presión del aire del invernadero y la escasez de oxígeno. Las semillas se sembraron en una cubierta ligera como sustituto del suelo y se imitaron las condiciones de luz solar.
Según un comunicado de AARI, los investigadores fueron acusados de polinizar manualmente las flores de sandía, porque no había insectos presentes para fertilizar las plantas. Los investigadores encontraron ocho "frutas maduras y dulces" distribuidas en seis plantas separadas, precisamente, 103 días después de sembrar las semillas. Según un comunicado proporcionado por la Sociedad Geográfica Rusa, los melones crecieron aproximadamente 1 kg cada uno y tenían 13 cm de diámetro.
Cultivando plantas en la Antártida
En 2020, los investigadores rusos cultivaron otras plantas comestibles como perejil, repollo, eneldo, rúcula y albahaca. En el futuro, el equipo tiene como objetivo cultivar otras delicias dulces como fresas, arándanos y moras.