Científicos desconcertados por agujeros vistos en el fondo del Atlántico
La NOAA está pidiendo ayuda para determinar el origen de los agujeros, que siguen un patrón lineal y uniforme y parecen haber sido excavados en el lecho marino. ¿Qué podría ser? ¡Descubre más aquí!
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de EE. UU., compartió un descubrimiento en el fondo del Atlántico que dejó "perplejos" a los científicos, como muestra la propia agencia en Twitter (abajo).
Durante una expedición reciente a la Dorsal del Atlántico Medio, una elevación submarina que separa algunas de las principales placas tectónicas, los oceanógrafos encontraron una serie de agujeros, alineados en línea recta, que parecían haber sido excavados en el fondo del mar.
Los investigadores a bordo del barco Okeanos, encontraron los misteriosos agujeros el 23 de julio, cuando utilizaron un robot sumergible para explorar una cresta volcánica al norte del archipiélago de las Azores, frente a Portugal.
Los agujeros en el lecho marino no son raros, pero para sorpresa de los científicos, los que se descubrieron revelaron un patrón uniforme, casi como si hubieran sido diseñados por manos humanas, excepto que los agujeros tienen 2.5 km de profundidad.
Una semana después, los investigadores identificaron cuatro conjuntos más de agujeros a unos 483 kilómetros de distancia. En este caso, una milla de profundidad. "Tratamos de echar un vistazo a los agujeros y pincharlos con las herramientas del vehículo operado por control remoto, pero no pudimos", explicó la NOAA en un comunicado de prensa.
No es la primera vez que aparecen estos agujeros
A pesar del sorprendente descubrimiento, esta no es la primera vez que los oceanógrafos detectan tales agujeros. En 2004, una expedición en la misma zona dirigida por los científicos Michael Vecchione y Odd Aksel ya había detectado varios conjuntos de agujeros. En ese momento, los científicos se refirieron a ellos como lebensspuren, una palabra alemana que podría traducirse como "rastros de vida".
Vecchione y Aksel no pudieron determinar de dónde procedían los agujeros ni cómo se hicieron. Ellos plantearon la hipótesis de que el sedimento encontrado junto a los agujeros podría indicar la excavación y extracción de sedimentos por parte de un organismo que vive en el fondo marino o, tal vez, los restos de comida de un animal grande.
Casi 20 años después de aquella expedición, Vecchione sigue preguntándose qué podrían ser esos misteriosos agujeros que encontró y que ahora parecen haber reaparecido. "Algo importante está sucediendo allí y no sabemos qué es", le dice a The New York Times. "Esto significa que todavía hay misterios allí", dice.
La cadena montañosa más larga del mundo
Además de los agujeros descubiertos en el lecho marino, la dorsal mesoatlántica aún guarda muchos secretos. Con más de 16,000 km de longitud, esta cadena montañosa submarina es la cadena montañosa más larga del mundo. En él convergen, por un lado, las placas euroasiática y norteamericana; y, por otro lado, las placas africana y sudamericana.
Misiones como la del barco Okeanos son útiles para que los científicos comprendan mejor los movimientos sísmicos y las fumarolas hidrotermales, que son fisuras o fumarolas por las que sale agua caliente, ya que se encuentran en zonas donde el magma del interior de la Tierra está cerca de la superficie.