Ciencia de Halloween: Las calabazas pueden salvar a los pepinos de los suelos salados

¿Qué tienen en común las calabazas y los pepinos? Genéticamente pueden trabajar juntos para luchar contra un enemigo común: la salinidad, que está empeorando en los suelos con el cambio climático.

Las calabazas y los pepinos pueden trabajar juntos.
Las calabazas y los pepinos pueden trabajar juntos.

Las calabazas se asocian comúnmente con Halloween, pero albergan una genética interesante que podría ayudar a los pepinos a combatir los suelos salinos que se propagan bajo la intensificación del cambio climático. Por lo tanto, las calabazas, aunque otoñales, podrían salvar un ingrediente popular de las bebidas de verano.

Un estudio de este año demostró que existe una relación genética entre las calabazas y los pepinos que los fortalece y les brinda resistencia contra la salinidad.

Investigadores de Nanjing descubrieron cómo un tipo de proteína llamada factor de transcripción con la etiqueta CmoDREB2A interactuaba con la proteína del pepino llamada CmoNAC1.

Juntos se unieron para formar un circuito regulador que aumentó su tolerancia a la sal. La investigación se publicó en la revista Horticulture Research.

Apuntar a esta relación genética puede ayudar a desarrollar estos cultivos que pueden lidiar con suelos salinos, impulsando la actividad agrícola en comunidades donde los suelos pueden no favorecer actualmente la producción. Esto también puede ayudar potencialmente con el acceso mundial a los alimentos.

Salinidad del suelo

El suelo salado es perjudicial para la agricultura en todo el mundo, ya que afecta a alrededor del 10% de las tierras agrícolas y provoca importantes pérdidas de cultivos y alimentos.

La sal puede ser una forma de estrés ambiental que inhibe el crecimiento de las plantas en algunos cultivos, incluso exacerbando la toxicidad y el daño oxidativo de los suelos, lo que hace que el entorno sea aún más hostil para el crecimiento de las plantas.

El problema solo está empeorando con el cambio climático y los métodos agrícolas y de riego existentes que no son sostenibles. Las prácticas agrícolas sostenibles deben diseñarse para tolerar la salinidad del suelo.

Este año, se han logrado grandes avances cuando se descubrió que el papel del gen CmoDREB2A en la calabaza tenía propiedades que podrían aprovecharse para mejorar la tolerancia a la sal de los pepinos mediante métodos de injerto, que introducen el gen de la calabaza en el pepino.

La Universidad Agrícola de Nanjing en la Academia de Ciencias escribió en su comunicado de prensa sobre la investigación: “La intrincada interacción entre estos factores de transcripción y sus genes objetivo proporciona una comprensión integral de la arquitectura genética que respalda la tolerancia a la sal, ofreciendo una estrategia de mejoramiento molecular que podría conducir al desarrollo de cultivos mejor equipados para prosperar en entornos salinos”.

Como la tolerancia a la sequía y la resistencia al estrés térmico también son características relacionadas y buscadas de los cultivos, el descubrimiento de una sinergia genética entre diferentes cultivos, como las calabazas y los pepinos, que podría ayudar a la resistencia a los efectos del cambio climático podría ser beneficioso para la producción mundial de alimentos.

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Referencia de la noticia:

Pumpkin CmoDREB2A enhances salt tolerance of grafted cucumber through interaction with CmoNAC1 to regulate H2O2 and ABA signaling and K+/Na+ homeostasis. 2024. Horticulture Research. DOI: 10.1093/hr/uhae057