Calentamiento estratosférico de Antártida afecta al hemisferio norte
Un evento de calentamiento estratosférico repentino y extremo que batió récords sobre la Antártida en 2019 causó cambios en la atmósfera superior en el hemisferio norte, según un estudio reciente.
Los calentamientos estratosféricos repentinos (SSW, por sus siglas en inglés) son grandes perturbaciones meteorológicas que se han relacionado con anomalías en la atmósfera de la Tierra. Están relacionados con el vórtice polar, donde los vientos alrededor del polo aumentan la temperatura de la estratosfera polar y hacen que el vórtice polar se debilite.
Los eventos de calentamiento en la estratósfera en el Polo Sur, también tienen un efecto de gran alcance en la atmósfera del hemisferio opuesto, que se extiende hasta la termósfera superior y la ionosfera. Los SSW son más comunes en el Ártico y causan anomalías en el contenido total de electrones (TEC), el número total de electrones integrados entre dos puntos, y en la relación termosférica de oxígeno/nitrógeno en el hemisferio sur.
Sin embargo, un SSW extremo y sin precedentes sobre la Antártida en septiembre de 2019 ha permitido a los científicos del Observatorio Haystack del MIT analizar su efecto en el hemisferio norte mediante el estudio de los cambios en la atmósfera superior en Europa y América del Norte.
Haciendo récord
Larisa Goncharenko y sus colegas encontraron cambios significativos en la atmósfera superior en latitudes medias sobre el hemisferio norte, notables no solo por su severidad, sino también porque estaban limitados a un rango de longitud estrecho, de alrededor de 20 a 40 grados.
También fueron duraderos, pero diferían entre América del Norte y Europa, dicen los investigadores. Un cambio de TEC en el oeste de los Estados Unidos continuó durante todo septiembre, pero duró poco en Europa, lo que sugiere que estaban en juego diferentes mecanismos.
Una razón de esta diferencia entre regiones podría ser un cambio en los vientos zonales termosféricos, los vientos de este a oeste, dicen los investigadores.
Las diferencias en el ángulo de anomalía del campo magnético del polo sur podrían ser otra. La diferencia entre el norte magnético y el norte verdadero varía según la posición en la superficie de la Tierra y cambia con el tiempo. En áreas con mayor declinación, los vientos zonales pueden transportar mejor el plasma a mayor o menor altitud, lo que lleva a una acumulación o disminución de la densidad del plasma.
Hay menos SSW sobre la Antártida, por lo que ha habido menos posibilidades de observar sus efectos en el hemisferio norte. Sin embargo, hay un mayor número de puntos de observación de TEC en el hemisferio norte, lo que permite mediciones más precisas de anomalías cuando ocurren.
Se necesita más investigación, dice el equipo del MIT, que quiere determinar con precisión cómo estos factores afectan el vínculo entre los eventos estratosféricos polares y el espacio cercano a la Tierra en el hemisferio opuesto. El estudio ha sido publicado en Geophysical Research Letters.