Las grietas en la superficie de la Tierra y Marte podrían revelar secretos de habitabilidad de otros planetas

Las fracturas en las superficies de la Tierra, Marte y Europa siguen patrones geométricos reveladores, su estudio podría darnos las claves sobre la historia geológica y presencia pasada de agua.

Patrones de grietas superficiales en tres mundos diferentes: Marte, Europa y la Tierra, que revelan cómo se forman las fracturas en condiciones ambientales muy diferentes. Crédito: Universidad de Pensilvania

La superficie de los planetas y lunas rocosas está marcada por una intrincada red de grietas y fracturas que pueden parecer aleatorias a simple vista. Sin embargo, estudios recientes han revelado que estas estructuras siguen patrones predecibles y universales.

Estas redes de fracturas, que van desde pequeñas fisuras en el barro hasta fallas tectónicas en corteza sólida, pueden ofrecer información clave sobre la evolución geológica de un mundo. Recientemente se han descubierto que, independientemente del material o planeta en cuestión, se organizan en formas geométricas específicas.

Esto sugiere que existen principios subyacentes que rigen su formación, relacionados con la tensión, la temperatura y la presencia de líquidos. En Marte, por ejemplo, los patrones de fracturas en el suelo sugieren la existencia de antiguos ciclos de congelación y deshielo, lo que apunta a la presencia pasada de agua líquida.

Este descubrimiento abre una nueva ventana para la exploración planetaria. Si podemos descifrar el lenguaje de las grietas en diferentes mundos, podríamos reconstruir sus historias geológicas sin necesidad de perforaciones o exploraciones directas. La geometría de estas fracturas podría indicarnos dónde buscar agua o incluso vida microscópica.

Aunque cada entorno difiere enormemente en temperatura, composición material y escala, surgen patrones de fractura similares. Crédito: Universidad de Pensilvania

De la Tierra a Marte: fracturas con historia

En la Tierra, las grietas en el suelo aparecen en una variedad de entornos, desde desiertos hasta fondos oceánicos. En cada caso, su forma y disposición dependen de las condiciones específicas de su entorno. Este mismo principio se aplica a otros planetas, donde las fracturas pueden servir como archivos geológicos que registran su historia ambiental.

Los patrones de fracturas en Marte, por ejemplo, sugieren ciclos de congelación y deshielo. Estas grietas poligonales, similares a las que se encuentran en regiones frías de la Tierra, refuerzan la hipótesis de que el agua estuvo presente en su pasado. Un hallazgo importante para la exploración astrobiológica, pues el agua es un ingrediente clave para la vida.

En Europa, la luna helada de Júpiter, las fracturas en su superficie de hielo revelan un proceso diferente. Las observaciones sugieren que el hielo se quiebra y se desplaza de manera similar a las placas tectónicas de la Tierra. Esto podría ser evidencia de un vasto océano subsuperficial, uno de los lugares con mayor potencial para albergar vida en el sistema solar.

Así, los patrones de fracturas en diferentes cuerpos celestes actúan como huellas dactilares de su historia climática y geológica. Si aprendemos a interpretarlas correctamente, podríamos reconstruir los eventos que moldearon estos mundos y comprender mejor su potencial para la vida.

Descifrando códigos ocultos

Para analizar estas fracturas, se han desarrollado modelos matemáticos que explican cómo se forman y evolucionan las redes de grietas. Un estudio reciente propuso que todas las superficies planetarias desarrollan fracturas en patrones de teselación, donde las grietas se organizan en figuras geométricas específicas, como hexágonos y pentágonos.

El modelo matemático clasifica las fracturas en tres tipos principales, dependiendo de cómo se propagaron y si estuvieron influenciadas por la presencia de líquidos. En la Tierra, las grietas en el barro seco y las fallas tectónicas siguen patrones similares a los observados en Marte y Europa. Esto refuerza la idea de que las mismas leyes físicas pueden aplicarse en distintos mundos.

Ejemplos reales de las grietas, lo que revela cómo pueden surgir patrones de fractura similares en condiciones planetarias muy diferentes. Crédito: Universidad de Pensilvania

Uno de los aspectos más emocionantes de esta investigación es que podría permitirnos predecir dónde podría haber existido agua en otros planetas sin necesidad de enviar sondas que perforen su superficie. Si las grietas se forman de cierta manera, podría indicar que el material subyacente estuvo en contacto con agua en algún momento.

En el futuro, este conocimiento podría guiar misiones a zonas específicas de Marte o a las lunas heladas del sistema solar, ayudando a identificar los lugares con mayor probabilidad de albergar signos de vida pasada o, incluso, presente.

Grietas y vida en el cosmos

El estudio de las grietas en planetas y lunas no es solo una curiosidad geológica, sino una herramienta poderosa para la exploración espacial. A medida que las agencias espaciales planifican futuras misiones a Marte, Europa y más allá, entender estos patrones de fracturas podría ser clave para descubrir nuevos mundos habitables.

Los hallazgos recientes han demostrado que el agua juega un papel fundamental en la formación de ciertos tipos de grietas. Esto significa que, al analizar la geometría de estas fracturas, podríamos localizar sitios donde el agua fluyó en el pasado o donde podría estar presente en la actualidad.

Si se logra identificar regiones con fracturas que sugieran la presencia de hielo subsuperficial, podría facilitar la obtención de agua para los astronautas en futuras colonias marcianas. Por lo tanto, el estudio de estas estructuras no solo es un ejercicio teórico, sino una herramienta potencialmente crucial para próximas misiones espaciales.

En última instancia, comprender cómo se forman y evolucionan las grietas planetarias podría ser un paso clave para resolver el gran enigma de la vida: ¿Estamos solos en el Universo? Más que simples fisuras en la superficie, podrían ser las pistas que nos lleven a encontrar mundos habitables más allá de la Tierra.

Referencia de la nota:

Decoding planetary surfaces by counting cracks. S. Silver, K. Regős, D. J. Jerolmack, and G. Domokos, March 4, 2025 https://doi.org/10.1073/pnas.2411738122