La Ciudad de México se hunde a un ritmo alarmante e imparable, ¿qué implicaciones tiene?

Lugares todo el mundo presentan hundimientos, derivado de la extracción del agua de los mantos acuíferos. En este sentido, es innegable que el lecho del lago en donde está asentada la Ciudad de México, cada vez se encuentra más seco.

Estudios, evidencian lo que a simple vista observan los ciudadanos, la CDMX enfrenta problemas de hundimientos. Cortesía: local.mx

De acuerdo a un estudio, que fue publicado en Advancing Earth and Space Sciences el 30 de marzo de 2021, y difundido también por la Gaceta UNAM hacia el 7 de mayo del mismo año, se dice que: “después de siglos de drenaje de agua de los acuíferos subterráneos, el lecho del lago en el que se asienta la CDMX se ha vuelto cada vez más seco”.

Detalle que, esta situación provoca que las capas de arcilla se compriman y agrieten a un ritmo apresurado. Esta condición, se dice, no solamente pone en riesgo a la infraestructura, sino que también esto amenaza la seguridad del agua para millones de personas.

Mediante la difusión del documento de la UNAM, explican que, a pesar de poner fin a la perforación de aguas subterráneas en la década de 1950, 115 años de datos de nivelación, así como 24 años de datos de GPS, relevaron que la ciudad continúa hundiéndose, aproximadamente al mismo ritmo.

Los autores, refieren que “incluso si se elevaran los niveles de agua, no hay esperanza de recuperar la gran mayoría de la elevación perdida, así como la capacidad de almacenamiento malgastado del acuitardo”. En este sentido, se define acuitardo como la región que limita el flujo de agua subterránea de un acuífero a otro.

Diferente tipo de daños se presentan en la CDMX, por su hundimiento. Cortesía: UNAM Gaceta

Cuenca endorreica sin salida de drenaje natural

Y es que, la Zona Metropolitana del Valle de México se ubica en una cuenca endorreica, en el lecho de lo que alguna vez fue un gran sistema lacustre, si salida de drenaje natural. Se le ubica sobre una elevación de la base de 2,200 metros sobre el nivel del mar. Esta cuenca, esta protegida por varias cadenas montañosas, que forman parte del Cinturón Volcánico Mexicano.

El agua, producto de las precipitaciones, así como de los manantiales de las laderas elevadas, hacia el Oeste, Este y Sur de la cuenca, en su momento, se acumuló en este vaso, y se volvió salina, producto de la evaporación, formando el antiguo lago de Texcoco.

Fundación de la Ciudad de Tenochtitlán en 1325

En tiempos prehispánicos, se fundó por los Aztecas la ciudad de Tenochtitlán en el año de 1325. Hacia la década de 1520, después de la Conquista española al Imperio Azteca, se llevaron a cabo diversos esfuerzos para controlar las inundaciones, sobre todo en las llanuras lacustres, que condujeron a un drenaje progresivo del cuerpo de agua, a través de canales y diques.

Para el año de 1900, el Valle de México fue completamente drenado de forma artificial, mediante un canal de 40 kilómetros de longitud, hacia el Noreste de la cuenca, así como mediante un túnel a través e las montañas. Actualmente, las aguas residuales, así como las pluviales, son bombeadas fuera de la cuenca.

Este procedimiento, se realiza, mediante un gran sistema de canales y túneles, mientras que, el 30 % del agua potable de la Megalópolis es importada a través de una red semejante. Por otra parte, el restante 70 % del agua potable de la ciudad, proviene de la extracción de agua subterránea de una batería de pozos, localizados a lo largo de la cuenca, con una profundidad media de 600 metros.

Severos hundimientos

Derivado de la sobre explotación de los acuíferos, se están generando severos hundimientos de terrenos en la Ciudad de México. Esto, ha sido reconocido desde principios del Siglo XX. Esta condición, potencializa y magnifica el riesgo de inundaciones, dañando la infraestructura de distribución de agua, así como también las redes de alcantarillado.

Por ello, los problemas de fugas y generación de contaminación de incrementa. Los investigadores, estiman que las láminas de arcilla debajo de la CDMX, podrían comprimirse en un 30 %. Y aunque, de acuerdo a estudios, esto podría suceder hasta dentro de 150 años o más, hay poco que se pueda hacer para detener esta condición.

No todas las zonas se hunden al mismo ritmo y momento. Explican que, algunas áreas ya se han hundido por debajo del lecho original del lago, mientras que otras permanecen en una superficie ligeramente más alta. Esta condición, conduce a un mayor riesgo de fracturación intensa de la superficie, que puede dañar la infraestructura, así como causar la contaminación de los suministros de agua.

Daños a la infraestructura, niveles de pobreza y acceso al agua

Las fracturas y fallas de la superficie del terreno, se han presentado como resultado de los hundimientos diferenciales. Los investigadores señalan que lo anterior, ha provocado daños críticos a la infraestructura urbana. Mientras, en la Zona del Valle de México, más de 1,1 millones de viviendas carecen de acceso a agua potable.

El 30 % del agua potable de la Megalópolis es importada a través de una red de abasto. El restante 70 % del agua potable de la ciudad, proviene de la extracción de agua subterránea de una batería de pozos, localizados a lo largo de la cuenca, con una profundidad media de 600 metros

En este mismo sentido, más de medio millón, carecen de acceso a un saneamiento adecuado. Por tanto, se aprecian altos gradientes de subsidencia, que resultan en daños a la infraestructura y edificios, en zonas que muestran niveles socioeconómicos bajos y muy bajos.

Por tanto, los habitantes con ingresos bajos y muy bajos, se dice, no pueden permitirse darse el lujo de reubicarse, ya que el valor de los bienes inmuebles está cada vez más sub valuado, producto de las fisuras y fracturas que estos presentan. La mayor concentración de viviendas con acceso deficiente a agua potable, se observa precisamente dentro de las áreas que se hunden.