Un estudio revela cómo una hora más frente a la pantalla puede aumentar un 21 % el riesgo de miopía
Cada hora adicional frente a pantallas aumenta hasta un 21 % el riesgo de miopía en niños y adolescentes. Conoce cómo reducir el impacto en la salud visual.

El impacto del uso excesivo de pantallas en la salud visual es un tema que cobró relevancia en los últimos años, especialmente en niños y adolescentes. Con una población cada vez más expuesta a teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores desde edades tempranas, los especialistas centraron su atención en cómo esta tendencia puede afectar el desarrollo ocular.
Según este metaanálisis, que analizó datos de 45 estudios con más de 300,000 participantes, cada hora adicional de exposición diaria a pantallas incrementa el riesgo de miopía hasta en un 21 %.
Los resultados sugieren que la relación entre la miopía y el tiempo frente a dispositivos digitales es especialmente marcada en menores de 19 años, grupo que tiende a pasar una parte importante de su día utilizando estos aparatos para actividades escolares, entretenimiento o comunicación.
El papel del tiempo de pantalla en la salud visual
Según los hallazgos, cuando el tiempo de exposición es inferior a una hora diaria, el impacto sobre la visión es mínimo. Sin embargo, el riesgo comienza a aumentar de manera significativa entre una y cuatro horas al día, y aunque el crecimiento es más gradual después de este punto, la relación sigue siendo preocupante.

Un metaanálisis anterior ya había señalado que el uso de teléfonos inteligentes incrementaba el riesgo de miopía en un 26 %, mientras que la combinación de smartphones y ordenadores elevaba esta cifra hasta un 77 %. Sin embargo, la falta de consenso en los estudios ha dificultado la generación de recomendaciones claras sobre la cantidad de tiempo de pantalla que puede considerarse segura.
Sergio Recalde, investigador de la Clínica Universidad de Navarra, explica que la miopía aparece cuando existe un desequilibrio entre las actividades de visión cercana y el tiempo que pasamos al aire libre. Aunque el nuevo estudio no profundiza en este punto, múltiples investigaciones han demostrado que la exposición a la luz natural es un factor de protección importante contra el desarrollo de esta afección.
Miopía: la importancia del tiempo al aire libre
El impacto de los hábitos diarios en la salud ocular es un tema que sigue despertando el interés de la comunidad científica. Cristina Álvarez, especialista en optometría de la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que la miopía aumentó en las últimas décadas no solo por razones genéticas, sino también debido a cambios en el entorno y en el estilo de vida.

La relación entre la luz solar y el desarrollo ocular se estudió en diversas investigaciones, y los especialistas coinciden en que pasar al menos dos horas al día al aire libre puede ayudar a reducir el riesgo de miopía.
La luz natural desempeña un papel crucial en el crecimiento del ojo, ya que estimula la producción de dopamina en la retina, una sustancia que ayuda a regular el alargamiento del globo ocular, evitando el desarrollo de la miopía.
La importancia de tratar los problemas oculares
Además del tiempo de exposición a las pantallas, otro aspecto que preocupa a los especialistas es la falta de corrección óptica en niños que ya padecen miopía. Javier García, presidente de la Asociación de Miopía Magna con Retinopatías (AMIRES), señala que casi el 50 % de los niños con miopía no usan gafas ni lentes de contacto, lo que puede acelerar la progresión de la enfermedad.
Frente a esta realidad, los especialistas insisten en la importancia de adoptar medidas preventivas desde la infancia. Limitar el tiempo frente a pantallas, asegurar una distancia adecuada al leer o usar dispositivos electrónicos, promover revisiones oftalmológicas periódicas y fomentar actividades al aire libre son estrategias fundamentales para reducir el impacto de la miopía en la población infantil y adolescente.
La tecnología se convirtió en una herramienta indispensable para la educación y el entretenimiento y no hay nada que podamos hacer para impedirlo. Sin embargo, debemos encontrar un equilibrio entre el uso responsable de las pantallas y la protección de la salud visual es clave para evitar que la miopía siga aumentando en las futuras generaciones.