Tornados, inundaciones y granizo de gran tamaño ocurren en Canadá
Tornados se presentan en el sur de Alberta, mientras que inundaciones y granizo del tamaño de pelotas de tenis suceden en Calgary.
La noche del pasado sábado 13 de junio diversos medios de la región reportaron al menos un tornado que se presentó en el sureste de Alberta. De igual forma, se supo que ocurrieron tormentas severas acompañadas de granizo, mismas que provocaron importantes inundaciones en Calgary y sus alrededores.
Fue a las 21:05 horas (tiempo de la montaña) cuando por medio de un aviso de emergencia se informó sobre la posible formación de un tornado a 30 kilómetros al sur de Brooks con movimiento hacia el norte con una velocidad de desplazamiento de 60 kilómetros por hora.
Más temprano esa misma noche, se advirtió sobre el avistamiento de tornado cerca de Taber, Barnwell y New Dayton. De momento no se tuvo claridad y no hubo manera de confirmar si el aviso era sobre la formación de un tornado en cada una de las localidades o si se trataba de la misma nube en forma de embudo vista desde cada sitio. Los avisos de tornado finalizaron alrededor de las 21:30 horas.
La oficina de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá informó que otro tornado también podría haberse formado en el sureste de los límites de la ciudad de Calgary a las 19:00 horas, aunque para las primeras horas del domingo 14 de junio no se tenía información sobre daños por ninguno de los posibles tornados.
Tormenta y granizo azotan Calgary
Intensa lluvia acompañada de granizo con tamaño de pelotas de tenis se presentó en la ciudad de Calgary, inundando carreteras, así como dañando vehículos y viviendas. La oficina de Medio Ambiente de Canadá informó que sus meteorólogos estaban rastreando un grupo de tormentas eléctricas severas a las 18:47 horas, que se extendían desde Calgary hasta High River, avanzando hacia el norte.
Se reportó que entre las 19:00 y 20:00 horas precipitaron 48.7 milímetros de lluvia, y se le consideró como un “desarrollo explosivo” a la tormenta. Los granizos de gran tamaño se estimó que cayeron a una velocidad entre 80 y 100 kilómetros por hora, dañando ventanas, parabrisas y techos de algunas viviendas.