Tormenta de arena cubrió ciudad en Níger
Una tormenta de arena envolvió a la ciudad de Niamey, capital del país africano Níger, evento que sorprendió a sus habitantes.
El litometeoro comenzó poco antes de las 14:00 horas (tiempo local) del pasado 4 de mayo, teniendo una duración de unos cuantos minutos que antecedieron a la presencia de lluvias torrenciales. Este suceso causó alarma entre residentes locales pues el fuerte viento y el polvo cubrieron todo.
En imágenes y videos que circularon en redes sociales, se puede apreciar cómo la arena cubrió toda la ciudad nigerina, y en cuestión de instantes, la obscuridad invadió a Niamey, su capital. En los vídeos que se viralizaron se aprecia cómo los habitantes se vieron sorprendidos por la tormenta de arena, y cómo buscaron protegerse en sus domicilios o en un lugar cerrado.
Debido al clima desértico y seco, cuyas temperaturas se encuentran dentro de las más elevadas del mundo, Níger es uno de los países con clima más extremo y riguroso del mundo, por lo cual no es algo extraordinario que se presenten tormentas de arena en este país africano.
Su zona desértica alcanza su máximo rigor en Teneré (o desierto del Teneré), localizada en la parte centro meridional del Sahara, siendo declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1991, y un año después fue incluida en la lista de la humanidad en peligro, debido a la inestabilidad política y disputas entre poblaciones.
Uno de los desiertos más áridos del mundo
En Níger se encuentra uno de los desiertos más áridos del mundo, precisamente el desierto del Terené. Cabe mencionar que Níger es uno de los países más pobres del mundo. Sus condiciones climatológicas ponen al territorio nigerino en permanente peligro a causa de las sequías periódicas. La palabra teneré en lenguas tuareg significa desierto, y traducida al árabe, Sáhara.
El desierto del Teneré es el lugar de la tierra que experimenta mayor cambio de temperatura por el fenómeno de insolación, con una media de 52 grados Celsius durante un día de verano, y llegando a temperaturas bajo cero extremas en una noche de invierno, alcanzando los -30 grados Celsius, teniendo pocos lugares en los cuales refugiarse.