¿Tendremos al fenómeno de La Niña también en el Atlántico? Descubre porqué debemos poner atención a su desarrollo
Muy conocido es que el Pacífico ecuatorial se enfríe o caliente periódicamente, situación conocida como La Niña y El Niño, respectivamente. Sobre el Atlántico, entre Sudamérica y África, se ha observado un comportamiento similar, ¿afecta a México?
Como siempre se ha comentado, se tiene gran conocimiento de cómo funciona la circulación y dinámica de la atmósfera para cada región o sectores de nuestro planeta, pero nos falta saber bastante de muchas interacciones océano-atmosféricas ya que se siguen encontrando patrones poco estudiados.
¿Qué es El Niño/La Niña del Atlántico?
Es bien sabido, gran parte del Atlántico norte ha estado mucho más caliente de lo normal, algo típico cuando el fenómeno de La Niña se desarrolla en el Pacífico ecuatorial, aunque su intensidad sí resaltó durante este 2024, junto con un cambio en la dirección e intensidad de los vientos alisios y en altura.
Pero, se ha observado en el Atlántico ecuatorial, cercano al Golfo de Guinea, a lo largo del sur de África y próximo al litoral del norte de Brasil y las Guayanas, el mar puede variar drásticamente su comportamiento con enfriamientos o calentamientos, asociado a los cambios de la dirección e intensidad del viento.
Similar al Pacífico, cuando la anomalía temperatura de la superficie del mar del Atlántico ecuatorial está por debajo de -0.5 °C se le llama La Niña del Atlántico, contrario si la anomalía es superior a 0.5 °C sería un El Niño del Atlántico. Generalmente, La Niña se da en veranos entre julio y agosto, y El Niño en primaveras.
Ahora, en 2024, en esta zona del Atlántico el mar se enfrío notablemente, causado por la afloración de aguas muy frías de las profundidades y transportadas en dirección oeste, acercándose la “lengua” de agua fría al noreste de Sudamérica.
¿Qué puede ocurrir en próximos meses?
Dicho calentamiento se tuvo en el Atlántico a inicio de 2024, también bajo la presencia de un Niño del Atlántico, superando por más 1 °C la anomalía térmica, pero que rápido se ha compensado en semanas recientes con un enfriamiento que está desarrollando La Niña, cambio que no se había dado por lo menos, desde 1982.
Hay algo que no ha quedado muy claro: este enfriamiento que está presente y que podría dar paso a una Niña del Atlántico, debería estar asociado a una aceleración de los vientos alisios, pero más bien, los vientos están muy débiles... ¿Qué lo está generando en realidad?
Mientras se resuelve esta incógnita, es importante tener en cuenta la importancia de los cambios de temperatura oceánica. Como es sabido, variaciones de 0.5 °C sobre continentes o el aire pueden ser “despreciables” o no tener impactos significativos, pero sobre los océanos podrías ser un cambio radical.
Efectos en la variación del tiempo y clima
Con las fases de El Niño del Atlántico, generalmente favorece una reducción en las precipitaciones sobre la región de Sahel, incrementándose en los alrededores del Golfo de Guinea, así como cambios estacionales de las lluvias al noreste de Sudamérica.
Tambien se ha observado bajo su presencia, la formación de grandes huracanes de tipo Cabo Verde, los clásicos poderosos y temidos que pueden llegar o cruzar el Caribe hacia el Golfo de México, apoyados por un mar muy caliente.
Aquí es importante resaltar el pronóstico de este 2024 sobre una hiperactiva temporada de ciclones, que está basado en el desarrollo y presencia de La Niña del Pacífico y un Atlántico norte más caliente.
Curioso será analizar si, La Niña del Atlántico podría tener efectos en dicho pronostico, suprimiendo la formación de ciclones, o pasando desapercibida. Un artículo publicado en 2006 en Nature, muestra que no hay relación concisa entre El Niño del Pacífico y el del Atlántico.
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Referencias de la noticia:
Franz Philip Tuchen, Atlantic Niña on the verge of developing. Here's why we should pay attention. NOAA
Chang, P., Fang, Y., Saravanan, R. et al. The cause of the fragile relationship between the Pacific El Niño and the Atlantic Niño. Nature 443, 324–328 (2006).