Temporada de ciclones tropicales durante una pandemia
¿Cómo haremos frente a dos posibles emergencias a la vez? Reflexiones al respecto de la temporada de lluvia y ciclones tropicales y las medidas de seguridad adicionales que deberían considerarse en un contexto de pandemia.
En México la temporada de ciclones tropicales en el Océano Pacífico comenzará el próximo 15 de mayo, mientras tanto, el 1 de junio arrancará en el Océano Atlántico. Y aunque a partir de estas fechas son más probables los eventos meteorológicos tropicales, no significa que antes no puedan presentarse algunas lluvias importantes en el país.
Sin embargo, esta vez es diferente. No solamente ingresaríamos a la época de lluvias, la cual desafortunadamente implica año con año inundaciones y pérdidas económicas a causa de la falta de prevención, sino también, tendremos que hacer frente a esto durante una posible fase 3 de la pandemia por coronavirus.
Un escenario que ya está sucediendo
Esta combinación de fenómenos perturbadores ya se está dando en otras partes del mundo, como lo fue el pasado domingo en los pueblos de Vanuatu, Fiji, las Islas Solomón y Tonga, tras el paso del ciclón tropical Harold. De acuerdo a Naciones Unidas las viviendas y la infraestructura de esos sitios se han dañado gravemente, afectando a miles de personas, que ahora necesitan urgentemente refugio, agua, saneamiento y alimentos.
En uno o dos meses, pudiéramos estar viviendo una situación así en nuestro país, por lo que vale la pena preguntarse ¿De qué forma se adaptará el Sistema de Alerta Temprana para hacer frente a esta situación? Y ¿Qué medidas adicionales están contemplando las entidades de protección civil?
Generalmente cuando suceden eventos meteorológicos extremos, se les sugiere a la ciudadanía en alto riesgo acudir a albergues temporales, estos suelen ser espacios donde la distancia entre individuos es muy corta, lo que en la situación actual se puede convertir en un foco de contagio en las comunidades.
Las personas se encontrarían en la situación de decidir si arriesgarse a un contagio o sobrellevar una inundación en casa, esto considerando que la información de los avisos meteorológicos llegue oportunamente a sus localidades.
Los retos son múltiples
A lo anterior se le debe adicionar que la cantidad de recursos humanos, además de los de limpieza y alimentación que se requieren durante una emergencia meteorológica llegarían a ser limitados en comparación a un año sin pandemia.
En consecuencia, el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) debería de emitir estrategias claras respecto a la atención de la temporada de lluvias y ciclones tropicales en México, para que lejos de que la población continúe estresada o con miedo, logren identificar las mejores prácticas para su autoprotección ante eventos hidrometeorológicos.
Finalmente, es importante mencionar que el SINAPROC no está sólo en esta tarea, basta con articular a sus integrantes, especialmente al Centro Nacional de Prevención de Desastres, Secretaría de la Defensa Nacional, Servicio Meteorológico Nacional y a los representantes de protección civil estatales, además existen empresas privadas como Meteored que se sumarían a la tarea de la redacción de este protocolo, que sin duda, sería una herramienta de apoyo fundamental.