'Roma' y su relación con la meteorología
La meteorología siempre está presente, acompaña acontecimientos en nuestras vidas, en 'Roma', la última película de Alfonso Cuarón queda demostrado. Te contamos más al respecto
¿Qué mexicano no ha pasado una tarde de verano viendo caer el granizo? En las diferentes etapas de la vida seguro lo has relacionado de múltiples formas, tal vez en la niñez jugabas a recolectarlo, pero en la adultez ¿alguna vez lo viste caer mientras vivías algún momento difícil en tu vida?
La meteorología nos acompaña en nuestro día a día, no es coincidencia que desde las antiguas civilizaciones se considerara al agua, tierra, fuego y aire como las raíces del todo. Iniciemos con lo que Tales de Mileto propuso como el inicio de las cosas: el agua.
En lo particular nos concentraremos en la presencia o no del agua en la Ciudad de México, donde las estaciones son muy marcadas, tenemos épocas secas en invierno y primavera, para después dar paso a la época de lluvias de mayo a octubre. Para desarrollar este ejercicio haremos referencia a la película que ha causado sensación mundial en el último trimestre del 2018, nos referimos a Roma de Alfonso Cuarón.
Comienza la película en agua, en una probable época entre la primavera y el verano, cuando las personas conviven, sales de la escuela y compras paletas heladas para soportar esas tardes calurosas de asfalto en la Ciudad de México, puedes lavar en la azotea aprovechando los intensos rayos de sol, continúa la trama y vemos a Cleo probablemente ya en verano, siendo acompañada por la lluvia tomando una decisión que marcará el rumbo de su vida.
Buscando apoyo de Fermín y al no encontrarlo, las pompas de jabón invaden la escena, ya reflexionando la dura situación en la que se encontraba, los granizos caen del cielo como en un típico septiembre capitalino. Llega la historia a fin de año y es aquí donde la falta de precipitación y los descuidos humanos provocan incendios forestales.
Entonces sucede la tragedia del filme y nuevamente debe enfrentarse al agua, que tal vez sí es el inicio de todo para ella. Finalmente se ha cumplido el paso por las cuatro estaciones del año, Cleo se ha enfrentado a su situación y el cielo es despejado, pasa el avión, como el viento, transitorio, como todas las situaciones en la vida.
Roma también es un recorrido por el desarrollo de las ciudades y el clima, del humano y su interacción con el tiempo atmosférico, especialmente el clima de la Ciudad de México, dónde sus cambios meteorológicos son, como lo dice Alejandro Ricaño en su obra Idiotas Contemplando la Nieve, "un llamado, un recordatorio de que todos, absolutamente todos, requerimos de pequeñas reparaciones. Y está bien. Quizá no sea tarde para empezar. Quizá después de todo, haya algo mejor al derretirse la nieve".