¿Realmente siempre llueve en el Día de San Juan?
Desde tiempos inmemorables se cree que el 24 de junio siempre llueve por culpa de San Juan en el centro del país ¿Qué tan cierto es esto? Te lo contamos desde los aztecas hasta nuestros tiempos.
Magia, ciencia y religión se funden en la meteorología indígena para observar, controlar y pronosticar el tiempo, así lo describe Fernando Guzmán en su entrevista a Alicia Juárez sobre etnometeorología. Esta última, entendida como el estudio del clima a partir de la visión indígena.
Considerado como el Dios de la lluvia o el rayo, Tláloc era un Dios de la cultura azteca, su poder sobre el agua se consideraba importante para la eliminación de la sequía y control de las tormentas intensas, acciones necesarias para la abundancia de las cosechas, principal sustento de los pueblos mesoamericanos.
La tradición de Tláloc se unificó con las fiestas de San Juan, traídas por los conquistadores desde España. Esta fiesta patronal se celebra desde entonces cada 24 de junio, fecha que no es casualidad coincida con los días en que suele ser la transición entre primavera y verano.
El verano en México, significa el inicio de las precipitaciones más importantes del año, por lo que durante décadas se ha tenido la creencia que es en este día que comienza la temporada de lluvias en el país y se le ha llamado popularmente como el “cordonazo de San Juan”
Incluso, aún en comunidades rurales continúa la tradición de elaborar una climatología si llueve o no durante el 24 de junio. En caso de suceder indica que será un periodo de buena cosecha, de lo contrario la producción de cultivo no será tan alta.
La asociación de San Juan y la lluvia se debe a la religión católica traída a México, en donde San Juan bautiza a Jesucristo con agua, por lo que se ha convertido en patrono de múltiples pueblos del centro del país, lugares donde también abunda el agua.
¿Pero la lluvia en el día de San Juan está entonces comprobada?
Sin embargo, todo lo anterior tiene una explicación científica. En el país se considera la época de lluvias al mismo tiempo que la temporada de ciclones tropicales, es decir, en promedio de mayo a noviembre. Y para la cuenca del Valle de México las precipitaciones más intensas suceden de julio a septiembre.
Entonces, 24 de junio coincide plenamente con esta temporada, por lo tanto, no debería extrañarnos que en efecto, siempre llueva este día. Este método empírico no tiene ningún sustento para aplicarse, pero es importante darnos cuenta como nuestros antepasados tenían como principal herramienta la observación y a partir de ella buscaban pronosticar los cambios en el tiempo para prever la forma en que impactarían a los cultivos y a la población.