Un rayo azul es detectado en la atmósfera terrestre desde la ISS
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa por encima de las nubes? O.. ¿cómo se inician los rayos? Probablemente la detección de un rayo azul y otros fenómenos eléctricos desde la Estación Espacial Internacional sirva para descubrir los misterios de la atmósfera de nuesyro planeta.
Algo inusual pasa por encima de las nubes de tormenta: la actividad eléctrica permite que extraños fenómenos se extiendan a kilómetros de su parte superior. Un estudio publicado en Nature revela los resultados de una observación realizada desde la Estación Espacial Internacional (ISS) con la ayuda del cazador de tormentas espacial (Atmosphere-Space Interactions Monitor - ASIM). Y ¿qué fue exactamente lo que se descubrió?
En febrero de 2019, fue avistado un chorro azul en la estratosfera proveniente de una nube de tormenta sobre el Océano Pacífico, cerca de la isla de Nauru. El fenómeno fue precedido por cinco destellos azules muy intensos, uno de ellos detonante del chorro. Por primera vez para un experimento de la Agencia Espacial Europea (ESA), se publican los hallazgos del ASIM.
Chorro azul y elfos: ¡un espectáculo único!
Cuando se presenta una tormenta eléctrica, ocasionalmente se generan los llamados “chorros azules”, que se disparan hacia arriba. Con una duración de menos de un segundo, llegan a tocar la estratósfera, extendiéndose hasta 50 km por encima del tope de la nube. Cuando fue realizado el experimento, el cazador de tormentas lo detectó tras los destellos iniciales de 10 microsegundos. Anteriormente se habían avistado desde la superficie y desde naves áreas, pero faltaba desde el espacio.
El destello también generó elfos, con un sonido peculiarmente fantástico. Estas emisiones ópticas y ultravioleta, se observan desde el espacio como anillos que brillan en la atmósfera superior de la Tierra, y pueden crecer hasta alcanzar un ancho de 300 km o más.
Se cree que la génesis del chorro azul está en la ruptura eléctrica entre la región superior cargada positivamente de una nube y una capa de carga negativa en el límite de la nube y en el aire por encima, según explicación del estudio publicado.
El cazador de tormentas ASIM
Lanzado al espacio en 2018, el Monitor de Interacciones Atmósfera-Espacio (ASIM) quedó instalado a bordo de la ISS, para el monitoreo de eventos eléctricos a gran altura. La ESA emplea esta herramienta óptica para rastrear los 'eventos luminosos transitorios', difíciles de estudiar, ya que ocurren encima de las tormentas eléctricas.
Desde una montaña o empleando un satélite se pueden observar nubes de tormenta, pero el ángulo de visión no es suficiente para recopilar datos a gran escala. Por ello se emplea este instrumento desde la órbita baja de la ISS. "La perspectiva mejorada de ASIM está arrojando nueva luz sobre los fenómenos climáticos y sus características", comenta la agencia.
¿Para qué sirven estos descubrimientos?
La ESA plantea que la idea es investigar “la relación entre los estallidos de rayos gamma terrestres, los electrometeoros a gran altitud en todas las estaciones mediante el seguimiento y la recopilación de datos de forma continua durante al menos dos años”. ¿Para qué? Estas extrañas descargas, aunque cueste creer, pudieran influir en la forma en que nuestra atmósfera nos protege de las radiaciones del espacio.
Además, estos eventos luminosos pudieran tener incidencia en la propagación de las ondas de radio, lo que generaría impactos en las tecnologías de comunicación, expresa el físico espacial Victor Pasko. Las observaciones obtenidas del chorro azul y los elfos, aportan indicios sobre el origen de los rayos en las nubes. Se cree finalmente que también inciden en la concentración de gases de efecto invernadero.