¿Qué simboliza Venus? El conocido 'planeta del amor' que podrás ver en febrero junto a la Luna
Desvelando los misterios de Venus, el planeta del amor que también es conocido como el gemelo de la Tierra. Celebra el 14 de febrero avistándolo junto a tus seres queridos
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El segundo objeto más brillante del cielo nocturno y a veces, matutino, es nada más y nada menos que Venus, el también llamado planeta del Amor. Y es que su gran brillo que deslumbra a propios y extraños no pasa desapercibido cuando alzamos la mirada al atardecer.
Y es que este planeta tiene características únicas que hacen que al reflejar la Luz del Sol, su brillo sea intenso. Es por esto que para muchas culturas mesoamericanas eran tan importantes sus ciclos, los cuales plasmaron en sus calendarios y cosmogonía.
Para los griegos, o incluso culturas anteriores, era símbolo de belleza y es por esto que, en su mitología, le asignaron el papel de la diosa del amor y la virtud: Afrodita para los griegos y Venus para los romanos, nombre que usamos hasta el día de hoy.
Y lo mejor de todo, es que en este mes de febrero se ha hecho presente, y lo seguirá haciendo por algunas semanas más después del atardecer, acompañando a los demás planetas visibles en esta temporada: Júpiter y Marte. Además de la Luna en sus distintas fases.
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Características físicas y orbitales
En astronomía se suele considerar a Venus como el planeta gemelo de la Tierra, algo que es cierto en tamaño, pues sus radios son comparables; mientras que el de nuestro planeta es de 6,378 km, el de nuestro vecino es de 6,052, además de que ambos tienen una estructura interna similar de roca.
No obstante, las distancias orbitales alrededor del Sol son muy distintas, mientras que para Venus es de 100 millones de km, para nosotros es de 150, lo que conocemos como Unidad Astronómica. Además su rotación es retrógrada, es decir, gira al revés de como lo hacen la mayoría de los planetas del Sistema Solar, pues su eje está inclinado 177 º.
Un dato curioso es que su día, que es de 243 días terrestres, dura más que su año que es de 224 días terrestres, es decir, un año es 0.92 días venusinos. Un dato curioso es que esta rotación parece estar sincronizada con la Tierra, pues cuando ambos planetas están cerca, Venus parece mostrar siempre la misma cara.
Y tal vez la característica más distinta a nuestro hermoso y templado planeta azul, es que su atmósfera, 96 % de Dióxido de Carbono, está completamente cubierta por nubes, lo que hace que se produzca un efecto invernadero que lo convierte en el planeta con mayor temperatura del Sistema Solar, llegando a alcanzar los 500 ºC, muy por encima de los 427 ºC que alcanza Mercurio.
Venus en el cielo
La característica más notable de Venus, cuando lo buscamos en el cielo, es que pareciera ser una gran estrella, además de que sólo se puede encontrar al atardecer, muy cerca del poniente o al amanecer muy cerca del oriente, esto es debido a que al ser un planeta interior (con respecto a la Tierra), sólo lo podemos ver cerca del Sol.
La forma más sencilla de saber que se trata de un planeta es que no “titila” o centellea como lo hacen las estrellas normalmente. Para encontrarlo en estas fechas, sólo hace falta mirar hacía el poniente, justo cuando el Sol se está ocultando, se puede disfrutar hasta pasadas las 8 de la noche.
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Hace unos días, el 10 de enero, Venus alcanzó su máxima elongación, es decir, su mayor distancia al Sol desde nuestro punto de vista, que fue de 47.2 º, por lo que se pudo observar hasta altas horas de la noche. A partir de ese punto y debido a nuestro propio movimiento, parece que regresa en su camino iniciando su movimiento retrogrado.
El hecho de que los planetas regresen en una especie de bucle en su camino en el cielo, no significa absolutamente nada, no influye en nuestras decisiones, ni en nuestro comportamiento, de hecho es sólo un efecto visual debido al movimiento de ambos planetas alrededor del Sol.
Desfile planetario
Como mencionamos en un artículo anterior, la supuesta “alineación planetaria” no era algo que ocurriría en un sólo instante o noche, sino que, debido a nuestra posición en esta época del año con respecto al Sol, en la que la mayoría de los planetas están del mismo lado, podríamos verlos en prácticamente todo febrero.
Además debemos recordar que planetas como Urano y Neptuno son muy complicados de observar en cielos citadinos y aún en cielos oscuros se debe saber exactamente donde se encuentran para poder localizarlos, pues su magnitud visual supera el 6, por lo que necesitamos telescopios para poder observarlos.
En el caso de Mercurio y Saturno, estos planetas ya se encuentran por detrás del Sol, por lo que no los podremos ver hasta que nos encontremos del mismo lado. En realidad Mercurio es muy complicado de encontrar pues al encontrarse muy cerca del Sol, el brillo de este último lo opaca notablemente.
No obstante, podremos seguir disfrutando por al menos un mes la increíble vista de Venus al atardecer, así como al increíble Júpiter y sus 4 lunas galileanas y a Marte, el planeta rojo, que hace no mucho estuvo en oposición. Así que ya se la saben, ¡saquen el telescopio y a disfrutar de las maravillas del cielo nocturno!