¿Por qué son peligrosos los fuegos artificiales para nuestra salud y el medio ambiente?

Las llamas artificiales son muy contaminantes, lo que supone riesgos para nuestra salud y también para el medio ambiente, además de perturbar enormemente a determinadas especies animales.

Fuegos artificiales
Los maravillosos pequeños y grandes fuegos artificiales son perjudiciales para nuestra salud y para el medio ambiente.

Cada año, en toda Francia se lanzan miles de fuegos artificiales, ya sea con motivo de la fiesta nacional o, como ha ocurrido recientemente, con motivo de la Nochevieja. Por desgracia, estos fuegos representan un auténtico peligro para la salud y el medio ambiente.

Los fuegos artificiales son altamente contaminantes

Los fuegos artificiales se componen esencialmente de pólvora negra utilizada como combustible, compuesta de carbón, azufre y salitre pero también de una mezcla de compuestos oxidantes, como el nitrato y el clorato. Además de los metales añadidos, también están presentes numerosos aditivos para obtener estos magníficos colores que sorprenden a grandes y pequeños.

Por ejemplo, el azul proviene del cobre, el rojo del estroncio o el litio, y el rojo brillante o el blanco del bario. Con esta composición es imposible que estos fuegos artificiales no liberen al medio ambiente sustancias contaminantes, en particular carbono, metales pesados y partículas finas.

En 2012, por ejemplo, Airparif analizó la concentración de partículas finas en el aire después del espectáculo en París y observó un aumento de más del 3000 % en la zona de rodaje. Según un estudio publicado en Science Direct, la concentración de partículas finas permanece un 42% más alta en una zona determinada durante las 24 horas posteriores a un espectáculo de fuegos artificiales.

Además, la combustión de pólvora negra produce una importante liberación de CO2. Por ejemplo, un espectáculo de fuegos artificiales de 30 minutos similar al del 14 de julio con 3 toneladas de pólvora proyecta aproximadamente 1.5 toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a un viaje de 12,500 kilómetros en un automóvil de gasolina.

Una amenaza para nuestra salud y el medio ambiente

Por eso la contaminación producida por los fuegos artificiales es muy dañina. De hecho, cuando caen al suelo, el polvo de estos incendios contamina el medio ambiente. El combustible no quemado y los colorantes de las explosiones contaminan el suelo y los ríos, extendiéndose por zonas más amplias que aquellas donde se dispararon los fuegos artificiales.

El cobre puede producir niveles elevados de dioxina, lo que puede acabar alterando nuestro sistema hormonal, causar enfermedades de la piel, reducir las defensas inmunitarias e incluso causar cáncer. El bario también puede tener efectos nocivos en el corazón y los intestinos y se sabe que el perclorato afecta la tiroides.

Sin embargo, no somos los únicos que sufrimos esta contaminación. Por ejemplo, estudios han demostrado que los cuerpos de agua cercanos a balnearios o parques de atracciones (donde se lanzan numerosos fuegos artificiales cada año) experimentan problemas recurrentes de calidad del agua debido a estos numerosos contaminantes, lo que afecta la vida de muchos seres vivos.

También se ha demostrado que las perturbaciones sonoras, como los fuegos artificiales, provocan una reducción de la producción reproductiva y de la esperanza de vida de las aves, aunque no son las únicas especies amenazadas por estos espectáculos de fuegos artificiales.

Por último, es importante señalar que los fuegos artificiales son responsables de muchos incendios cada año, lo que también representa una gran amenaza para el medio ambiente. En 2022, por ejemplo, más de 31,000 incendios se produjeron a causa de fuegos artificiales en Estados Unidos.

Sin embargo, en los últimos años, los fabricantes de fuegos artificiales han intentado reducir el impacto medioambiental de estos productos, por ejemplo, utilizando menos productos químicos, papel biodegradable en lugar de plástico o sustituyendo los percloratos por compuestos nitrogenados como el tetrazol o el bisterazol. Estos métodos permiten reducir considerablemente su impacto sobre el medio ambiente, aunque en cualquier caso sigue siendo demasiado significativo.

Referencia de noticia:

La pollution issue des feux d'artifice est catastrophique dans l'air comme dans l'eau, mais aussi pour notre santé !, Futura-Sciences (5 janvier 2025), Karine Durand