¿Por qué saltar compulsivamente un vídeo por otro en TikTok o YouTube aumenta o resulta tedioso? La ciencia explica

Un nuevo estudio demuestra que la propensión al aburrimiento nos lleva a aumentar nuestros últimos años, independientemente de las consecuencias que tememos a nuestra disposición. Obtenga más información sobre esta suposición, aquí.

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Los resultados de este nuevo estudio demuestran que la propensión por la edad ha aumentado hasta 14,26 en los últimos 11 años, lo que indica un gran cambio.

Saltar constantemente de un contenido digital a otro o de ida y vuelta entre ellos se ha convertido en un comportamiento muy común. En teoría, hacemos esto para distraernos y combatir el aburrimiento. Si algo no nos entretiene lo suficiente, simplemente pasamos al siguiente, y así sucesivamente. Pero, ¿es ésta una forma realmente eficaz de aliviar el aburrimiento?

Vivimos en una era con una oferta de entretenimiento sin precedentes, especialmente en el ámbito digital. Y, paradójicamente, seguimos tan aburridos como antes, si no más. De hecho, algunos estudios muestran que este sentimiento ha aumentado entre los adolescentes durante las últimas dos décadas. ¿Lo que está sucediendo?

Atrapado en el ciclo de atención

El aburrimiento a menudo se define como una experiencia frustrante: queremos participar en algo gratificante, atractivo y que llame la atención, pero no podemos.

La psicología explora en profundidad este concepto y lo relaciona con los procesos de atención. Desde esta perspectiva, se produce por la actividad de un circuito de atención. Es decir, todos tenemos un nivel de atención “ideal” al que aspiramos cuando realizamos una actividad, y luego está el nivel “real” que experimentamos.

A menudo, ambas cosas están muy alejadas: la atención que la actividad nos exige está lejos de la que queremos conseguir, principalmente porque nuestro nivel “ideal” muchas veces no es realista.

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Los indicadores macrosociales, incluida la conexión social, el estatus económico y el estatus de Internet, son predictores importantes de una mayor propensión al aburrimiento.

La conciencia de que estamos lejos de llegar a este nivel es lo que genera la sensación de aburrimiento. Y esta sensación aumenta y se prolonga con el tiempo, ya que es un mecanismo que funciona en bucle. Nos decimos: “Estás lejos del nivel ideal de atención, haz algo”. Pero estos intentos sólo mantienen o incluso aumentan la distancia.

Factores como la falta de novedad, significado, autonomía o desafío aumentan la distancia entre nuestro estado actual y el ideal, lo que aumenta aún más el aburrimiento.

La paradoja del móvil como solución al aburrimiento

El sentimiento en cuestión suele estar asociado a sentimientos negativos como frustración, vacío e insatisfacción. Se ve como algo desagradable y anormal y, por tanto, queremos escapar de este estado.

La necesidad de escapar nos impulsa a explorar y probar diferentes alternativas. Y uno de los más accesibles es el móvil: lo sacamos del bolsillo y tenemos entretenimiento durante mucho tiempo. Suena como la cura perfecta para el aburrimiento, ¿no? Bueno, la ciencia sugiere lo contrario.

Aunque asociamos el celular y las redes sociales con el entretenimiento, la ciencia sostiene que el uso de este dispositivo contribuye a aumentar el aburrimiento, especialmente cuando estamos en reuniones sociales

Por ejemplo, utilizar el móvil durante la jornada laboral, en los momentos en los que estamos más cansados y aburridos, en realidad aumenta la sensación de aburrimiento. También reduce el disfrute de las interacciones sociales del mundo real. Un estudio demuestra que tener el dispositivo a mano cuando nos reunimos con amigos nos distrae y hace que la experiencia social sea menos placentera.

Todo esto puede parecer contradictorio: ¿no se supone que los teléfonos móviles son la solución al aburrimiento y nos permiten llamar a cualquier persona, a cualquier lugar?

La trampa del “cambio digital”

Parece que el culpable no es tanto el móvil, sino la forma en que lo utilizamos. Aquí es donde entra en juego el concepto de “cambio digital”, el hábito muy común de cambiar compulsivamente de un contenido digital a otro.

Investigaciones recientes arrojan luz sobre la relación entre este hábito y el aburrimiento. En varios experimentos, los investigadores colocaron a cada participante en dos situaciones diferentes. En el primero podían divertirse viendo varios vídeos y tenían la opción de saltar libremente de uno a otro durante diez minutos (condición de cambio). En el segundo, solo pudieron ver un único vídeo durante el mismo período de tiempo (condición sin cambio).

Contrariamente a la intuición, cuando los voluntarios podían cambiar de vídeo, sentían más aburrimiento, menos satisfacción y menos atención que si solo pudieran ver un vídeo. Este patrón de resultados se repitió cuando las condiciones eran rebobinar y avanzar rápidamente a través de un video (cambiar) o tener prohibido hacerlo (sin cambiar).

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Ya sea en TikTok o YouTube, siempre que existe la posibilidad de pasar a otros vídeos lo haremos en un intento de eliminar el aburrimiento, pero aparentemente estamos actuando en contra de lo que deberíamos.

También se observó en situaciones más naturales, como cuando podían navegar y ver vídeos de YouTube libremente durante diez minutos (cambiar) o simplemente mirar un vídeo durante la misma cantidad de tiempo (no cambiar). En todos los casos, los participantes informaron niveles más altos de aburrimiento en la condición de cambio que en la condición de no cambio.

Los autores del estudio sugieren que el ciclo de atención es responsable de este aumento. Pasamos de un contenido digital a otro porque el actual no mantiene nuestra atención en el nivel “ideal”. Además, al tener acceso a un repertorio enorme, creemos que otra opción puede ofrecernos la dosis de atención que buscamos.

Luego saltamos al siguiente vídeo y nuestra atención también salta, apagándose momentáneamente. El nuevo contenido vuelve a captar nuestra atención pausada, pero sólo de forma superficial. Pronto nos damos cuenta de que tampoco nos satisface y volvemos a saltar. Etcétera.

Este proceso vuelve a alimentar el ciclo atencional: como la atención que dedicamos a cada vídeo es superficial y se interrumpe con cada salto, la distancia entre nuestro estado atencional y el ideal sigue siendo grande, aumentando así nuestra frustración y aburrimiento.

Por otro lado, cuando no tenemos la opción de cambiar de contenido, la experiencia es más inmersiva y conseguimos una mayor implicación atencional, similar a ver una película en el cine.

Así que, aunque nuestros móviles nos ofrecen una oferta casi infinita de entretenimiento, no son una panacea contra el aburrimiento. Al menos, no si no sabemos utilizarlos correctamente. El cambio digital es un hábito que debemos intentar controlar y sustituir por otros que favorezcan la inmersión y la atención consciente.

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Referência da notícia:


Gu Z., Yang C., Su Q., et al. The boredom proneness levels of Chinese college students increased over time: A meta-analysis of birth cohort differences from 2009 to 2020. Personality and Individual Differences (2024).