¿Por qué las jacarandas en México están floreciendo fuera de su temporada?

Nuevamente, el paisaje urbano del Valle de México está comenzando a teñirse de violeta con la floración de las jacarandas durante las últimas semanas del invierno. Un efecto más, relacionado al calentamiento global anormal que se vive en la actualidad.

La explosión violeta comienza a cubrir los árboles en el centro del país durante estas últimas semanas de invierno. Una floración antes de lo esperado.


Es fácil distraerse al observar la belleza del manto violeta que está comenzando a cubrir las calles de la ciudad. Con las flores de color morado vibrante renaciendo entre las ramas y los pétalos cayendo con la brisa, para muchos esto simplemente significa los atisbos de la siguiente estación.

Sin embargo, esta floración que usualmente coincidía con el inicio de la primavera astronómica ha cambiado. Tal parece que cada año, ocurre más temprano, siendo un buen indicio de los cambios que se están desarrollando a raíz del aumento de la temperatura tanto local como global.

Lo que parece ser un nuevo calendario de floración del ejemplar que embellece las calles de la capital, pone a prueba el nivel de influencia que tienen los factores climáticos, fisiológicos y antropogénicos en el desarrollo medioambiental, dejando entrever las posibles repercusiones a las que se tendrá que enfrentar en el futuro.

Las flores moradas de las jacarandas son parte del paisaje distintivo de la primavera en la Ciudad de México. Foto cortesía de José María Jímenez.

¿Por qué las jacarandas no deberían florecer tan pronto?

La jacaranda mimosifolia así como otras especies de árbol subtropical de hoja caduca, desencadena su floración cuando las temperaturas comienzan a aumentar. Este es un proceso que da inicio después de un período de latencia durante el invierno.

En condiciones normales, la jacaranda florece en respuesta a estímulos fisiológicos propios de la planta en su fase reproductiva (la floración es el inicio de este período), desencadenados por factores ambientales específicos como el aumento de las temperaturas de su entorno y la duración de la luz diurna.

Este cambio ambiental estimula la producción de sus hormonas vegetales que promueven la formación de los brotes florales. Al ser tan sensibles a los cambios de su entorno, si algunos de los factores se alteran, se promueve una floración fuera de tiempo normal.

Por otra parte, la contaminación y el estrés ambiental, así como el efecto de isla de calor que ocurre en las ciudades, también pueden acelerar el ciclo de floración, afectando la fisiología de las jacarandas y haciéndolas más susceptibles a heladas, sequía, plagas y enfermedades.

Esto no sólo afecta al proceso reproductivo de las jacarandas por la utilización de sus recursos antes de tiempo, sino a toda la cadena de seres vivos de su ecosistema; ocurriendo una desincronización entre la floración y la cantidad de recursos disponibles para los insectos y aves polinizadoras durante la primavera.

Muchos animales toman beneficios de la época de floración de la jacaranda, alimentándose del néctar de los nuevos brotes y fomentando su reproducción.

Jacaranda en México: la belleza violeta con grandes beneficios

La primavera morada no siempre existió en las calles del Valle de México. Fue a principios del siglo pasado que se introdujo por Tatsugoro Matsumoto, un inmigrante japonés con habilidades como paisajista y jardinero, quien domesticó esta especie y la sembró en las calles capitalinas con fines ornamentales.

Este árbol originario de Sudamérica fue considerado como una especie invasora al principio. Sin embargo, sus beneficios para el paisaje urbano son múltiples en la actualidad, especialmente por su increíble capacidad de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono.

Se estima que 10 árboles de jacaranda pueden absorber el CO2 emitido por mil cuatrocientos autos al día.

Algunas de las investigaciones recientes publicadas por la Revista Mexicana de Ciencias Forestales y la Universidad Nacional Autónoma de México, indican que además de sus beneficios ecosistémicos, las preciosas flores de brillante color violeta puedan brindar grandes beneficios.

Infografía cortesía del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias en X.

Las sustancias que les imparten su característico color azul-violeta son moléculas denominadas antocianinas, que cumplen importantes funciones metabólicas y de reproducción en la planta; además de contar con propiedades antioxidantes y antimicrobianas.

Recientemente se ha descubierto su utilidad como indicador de pH, lo que ha promovido su empleo en múltiples estudios de laboratorio. Uno de los hallazgos más importantes que se ha logrado hasta el momento, es la respuesta de las hojas de la jacaranda ante reacciones químicas de síntesis verde, que funciona como un indicador de contaminantes atmosféricos.

El aumento de las temperaturas globales está alterando los cambios estacionales en los ecosistemas

El desarrollo y las fases de reproducción de las plantas está estrechamente relacionado con las condiciones climáticas, y se ha demostrado que los cambios en estas tendencias fenológicas son un indicador fiable del efecto del cambio climático sobre los ecosistemas.

Esto sugiere la posibilidad de que algunos de los procesos naturales de estos seres vivos están cambiando. No únicamente acelerando la floración en varias especies, sino también cambiando sus fases vegetativas, lo que significa un peligro para la supervivencia de muchas de ellas en el futuro.

Referencia de la noticia:

La flor de jacaranda: más allá de su uso ornamental. Revista Digital Universitaria