En la Semana Mudial de la Lactancia Materna, te contamos algunos de sus mitos y realidades
¿Sabías que? La lactancia materna protege a las mujeres que se vuelven madres de la diabetes, cáncer de mama y de ovario, enfermedades cardíacas y depresión posparto.
En el marco de la Semana Mundial de Lactancia Materna, hablemos de algunos mitos y realidades de amamantar. Muchos de estos mitos se confunden y desaniman a las mamás. Aquí te presento algunos de los mitos más comunes y las realidades que los desmienten según los especialistas:
Se dice que la lactancia es fácil y natural, la realidad es que para algunas mujeres así es, pero el acto de amarmantar es un proceso que se aprende y que requiere práctica, orientación y apoyo.
Muchas mujeres necesitan ayuda para acomodarse al bebé y asegurarse de que “agarre” bien el pezón. La lactancia también requiere tiempo y paciencia, por lo que las madres necesitan espacio, apoyo en el hogar y el trabajo.
Y esto nos lleva al siguiente mito de que amamantar duele, esto no debe ser así, la realidad es que con una buena técnica no debería de doler. Dicen especialistas en lactancia que es normal sentir algunas molestias en los primeros días, pero el dolor no es normal, cuando el bebé no se engancha bien al pecho puede provocar sangrado en el pezón, por lo que se debe buscar apoyo de un asesor en lactancia u otro profesional de la salud capacitado.
Las mamás cuando amamantan tienen miedo de no satisfacer a su bebé, por lo que otro mito es que no se tiene suficiente leche para alimentar a su bebé. Pero la realidad es que el pecho produce la cantidad de leche en función de las demandas del bebé, siempre y cuando el número de tomas sea adecuado y la postura de succión sea correcta. La mayoría de las madres tienen suficiente leche para alimentar a sus bebés.
Y un mito muy arraigado en muchas regiones del país es que a los bebés hay que darles agua natural para que se hidraten y los más atrevidos van más allá, recomiendan les den tes cuando piensan que tiene cólicos, esto es muy riesgoso.
Algunas mamás tienen miedo de que se les deforme el pecho, otro mito, la lactancia no deforma el pecho. La realidad es que los senos tienen cambios pero este se produce durante el embarazo, independientemente de que la madre dé el pecho o no.
En todas las mujeres el pecho va cambiando en función de la edad, la grasa corporal y factores genéticos, aunque no den el pecho. La lactancia no es la causa de la flacidez o la caída del pecho, sino que influye en otros factores como el tabaquismo, la exposición al sol o los cambios bruscos de peso.
Falsas creencias inhiben la lactancia materna
Es falsa la creencia de que si se consumen alimentos que producen gases como coliflor, brócoli, frijoles, entre otros se le pasarán los gases al bebé, ya que los alimentos que consumen la madre no producen ni gases ni cólicos en el bebé.
Otro mito muy arraigado es que durante la lactancia se tiene que beber atoles, cebada, y muchos de esos líquidos para tener mucha leche, además de comer más de lo normal, pero esto es falso, ya que los nutriólogos recomiendan que la madre siga una dieta variada y equilibrada, que beba liquido según su sed. La producción de leche de la madre no depende de la leche que tome.
Hay quienes tienen la falsa creencia de que se debe poner horario para dar el pecho, pero esto no siempre es así, los especialistas en lactancia siempre sugieren alimentar al bebé a libre demanda, sin horario fijo.
Y no olvidar que la leche materna es lo único que necesita el bebé desde que nace hasta que cumpla los seis meses ya que le provee de protección contra enfermedades, le da los nutrientes necesarios y la madre también se ve beneficiada al no gastar en comprar fórmulas para alimentar a su bebé, además de que se protege de esta manera contra el cáncer de mama, entre muchos beneficios más para los dos.