¿Cuál es la zona arqueológica más grande de México? Y no, no es Chichen Itza
Cantona, “la perla de Sierra”, “la casa del Sol” está en Puebla.¿cuántos habitantes llegó a tener?, ¿qué hay en la zona arqueológica de Cantona? Descubre aquí, las respuestas a todas las preguntas.
Aunque para muchos, la respuesta en automático es Teotihuacán o Chichen Itza a la zona arqueológica más grande del país, lo cierto es que Cantona, ubicada en el Oriente del estado de Puebla, es la más grande de la República Mexicana. Localizada entre los municipios de Tepeyahualco y Coyoaco, abarca 453 hectáreas.
Se dice que aquí, se resguarda una inigualable riqueza arquitectónica, la cual incluye 24 estructuras, tres vías de circulación, un majestuoso Palacio, tres plazas cerradas con pirámides, cuatro conjuntos de juego de pelota, una cancha adicional, ocho unidades habitacionales y un acceso con fortín a la acrópolis.
Cantona significa: “lugar junto al cerro lleno de granizo” en náhuatl. En este mismo sentido, también se le conoce como “la Perla de la Sierra”. Aquí, se instauró en su momento, un esencial centro comercial regional. En la localidad, se cuenta con importante infraestructura turística.
Los hoteles que se pueden encontrar, tienen la característica de tener un servicio de alta calidad, así como los restaurantes son peculiares por sus exquisitos platillos, para lo cual, se disponen de los ingredientes que se cosechan en la región.
Emblemática presencia volcánica
Una de las características de este Centro, radica en que incorpora la presencia volcánica. Ello, define de manera significativa su identidad: cercano al lugar, se eleva de manera majestuosa el volcán Pizarro y el Cofre de Perote. Además, terminan de enmarcar el paisaje las lagunas de Alchichica y Quechulac.
La zona, cautiva no solamente por la belleza e historia arquitectónica, sino también por la increíble belleza natural particular. Además, la región forma parte de la historia, desde el periodo preclásico, alrededor del año 200, antes de Cristo.
Apogeo entre los años 600 y 1000 D.C.
Se dice además, que alcanzó su plenitud entre los años 600 y 1000 después de Cristo. Durante este lapso, cuando ocurrieron las complicaciones que tuvo Teotihuacán, Cantona surgió como un punto estratégico, aprovechando sus circunstancias para vitalizar y fortalecer sus rutas comerciales.
Esta, se convirtió en un epicentro crucial. Llegó a tal grado que, tomó el control de los recursos que se aprovechaban y comercializaban de la Sierra Madre Oriental. Su economía, se cimentó debido a la extracción y comercialización de la obsidiana.
Cambios considerables en el Siglo XI
En cambio, hacia el Siglo XI, cuando los Chichimecas invadieron la región, se produjeron considerables cambios. No obstante, a pesar de las adversidades que se tuvieron que enfrentar, Cantona sobrevivió, adaptándose y fortaleciéndose a lo largo de los siglos. Quienes han visitado la zona, recomiendan que tu visita la hagas acompañada de un guía.
A continuación, una lista de puntos que no debes perderte, si estás considerando visitar esta zona arqueológica: la plaza del Este y la Pirámide del Mirador, que ofrecen vistas panorámicas increíbles. En los juegos de pelota, podrás conocer los espacios en donde se llevaban a cabo emocionantes encuentros.
Visita el Museo del Sitio
Sus unidades residenciales, eran espacios en donde se puede captar como se llevaba a cabo la vida cotidiana (el día a día) de los antiguos habitantes de tiempos ancestrales. Por otro lado, en el Museo del Sitio, podrás apreciar diversos objetos de la vida diaria: instrumentos musicales, ornamentos de piedra y concha, entre otros.
Esta ciudad prehispánica, se construyó buscando aprovechar los recursos naturales, poniéndolos al servicio del hombre a través del tiempo. Con ello, se buscó el beneficio de la región y para su desarrollo. Los fundadores de esta ciudad, aprovecharon el terreno de piedra volcánica para su asentamiento.
Territorio predominantemente agrícola
De acuerdo a los historiadores, se dice que aprovecharon todos los recursos pétreos para su construcción. En este mismo sentido, como se dijo antes, aprovecharon sus yacimientos cercanos de obsidiana para su explotación y comercialización. La gente que habitó en la zona, logró un desarrollo de por lo menos 2,000 años.
A través de los historiadores, se dice que sus calles no eran ni anchas ni alineadas. Al contrario, se les considera estrechas, a manera de los callejones antiguos de Europa. Trasciende que, no habría existido otra forma de poder asentarse, debido a lo característico del suelo, considerado como tortuoso.
El trazo de las ciudades en base a las vías de comunicación
Para entender el origen de la ciudad y sus pobladores, hay que considerar la geografía del espacio: de origen volcánico, de finales del Pleistoceno. Considera parte de las entidades federativas de Puebla, Veracruz y Tlaxcala. Es circundada por una serie de parteaguas, de la faja volcánica transversal.
Algunos de los poblados y cerros de la cuenca, se identifican por su nombre, cuyo origen es el náhuatl. Por ejemplo, el nombre de la comunidad de Tepeyahualco, significa “lugar de los cinco cerros”, que podría hacer referencia, al nombre originario de la ciudad de Cantona.