Lavar y secar la ropa causa problemas al medio ambiente
La falta de agua en algunas cuencas hidrográficas nacionales, producto de un invierno poco lluvioso, y la constante subida de los precios de la energía hacen que el lavado y secado de ropa con máquinas para este fin tenga un impacto cada vez más severo en el medio ambiente. ¡Descubre más con nosotros!
Estudios recientes indican que tanto lavar como secar la ropa tienen un impacto cada vez más negativo en el medio ambiente. Mientras una lavadora funciona, además del consumo excesivo de recursos y energía, también se liberan a la atmósfera grandes cantidades de CO2 (dióxido de carbono), que es un gas nocivo en cuanto aumenta el efecto invernadero, es decir, contribuye a la retención de la radiación solar nociva en las capas inferiores de la atmósfera.
Además de estas cifras, hay que tener en cuenta que los detergentes y suavizantes utilizados en el lavado son altamente contaminantes, algunos de los cuales pueden producir compuestos cancerígenos que contaminarán las aguas superficiales y subterráneas, así como los suelos en los que cultivamos nuestros alimentos.
En promedio, cada hogar en Estados Unidos lava 300 lavadoras al año, una cifra que los científicos consideran demasiado alta. Más lavados significan más desgaste de la ropa, lo que lleva a que más ropa vaya a los vertederos: los 27 países de la Unión Europea producen, de media, 2,2 millones de toneladas de residuos textiles al año. Si al lavado le sumamos el uso de una secadora, nos podemos hacer una idea del alto consumo, tanto de recursos como de energía.
Lavar y seca perjudican igualmente
Si hasta ahora los estudios sobre este tema se centraban en los impactos de las lavadoras, ahora se sabe que las secadoras son igualmente dañinas para el medio ambiente. Algunos estudios indican que un ciclo de uso de la secadora puede liberar la misma cantidad de micropartículas dañinas al aire que una lavadora emite al sistema de aguas residuales (alcantarillado).
Estas micropartículas contienen sustancias químicas peligrosas, algunas de las cuales están clasificadas como cancerígenas, siendo liberadas al aire al secar la ropa, es decir, son igualmente peligrosas para la salud de los seres vivos. Una de las formas de minimizar este problema sería instalar filtros más refinados en estas máquinas, lo que reduciría sustancialmente la emisión de estas partículas nocivas a la atmósfera y, en consecuencia, los peligros para la salud.
Con el reciente aumento de los costes de la electricidad, los hogares se fijan cada vez más en la carga financiera de utilizar este tipo de maquinaria (representan, de media, el 6% del consumo total de electricidad), sin pensar en la carga medioambiental y los impactos que puede tener en la salud a medio o largo plazo.Por ello, es muy importante que las marcas que producen este tipo de electrodomésticos sigan trabajando para crear y producir secadoras cada vez más eficientes que, por un lado, contaminen menos y, por otro lado, consuman menos recursos energéticos.