La producción de armamento, los ejercicios y ataques militares contribuyen a la crisis ambiental
La artillería pesada supone un gran uso de combustibles fósiles, por lo tanto al ser usadas también emiten gases contaminantes que dañan los entornos ambientales, dejando cicatrices y daños irreparables en la naturaleza y las sociedades.
En los últimos años las temperaturas se han disparado categóricamente, causando eventos extremos, como: olas de calor duraderas, numerosas olas de calor marinas, temporales lluvioso de larga duración, ciclones explosivos, sequía y frío extremos.
Y es que aún sabiendo todo esto y contemplando las alarmantes declaraciones de las diferentes organizaciones internacionales como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y las Naciones Unidas (ONU), que aseguran que estando viviendo una era de la ebullición y una crisis climática, simplemente a algunos países parece no importarles.
Es increíble que a pesar de ser siglo XXI, los eventos bélicos existan sabiendo lo catastróficos que son para los ecosistemas. Técnicamente pareciera que algunos gobiernos no aprendieron nada con las guerras y su destrucción en el pasado.
De acuerdo con información del periódico The Guardian, señala que, mientras los líderes de los países miembros se reúnen para conmemorar el 75º aniversario de la OTAN en Washington, DC., científicos del medio ambiente advierten que sus presupuestos militares están contaminado aún más nuestro planeta, produciendo aproximadamente 233 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, más contaminación que calienta el planeta.
"Nuestra investigación muestra que el gasto militar aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero, desvía fondos críticos de la acción climática y consolida un comercio de armas que alimenta la inestabilidad durante el colapso climático", dice un nuevo informe de tres grupos internacionales de investigación y defensa, el Transnational Institute, el Tipping Point North South y el Stop Wapenhandel.
Las investigaciones dicen que los estados miembros de la OTAN invirtieron 1,34 billones de dólares en sus ejércitos el año pasado, un aumento de 126,000 millones de dólares con respecto a 2022. Evidentemente son cantidades exorbitantes equivalentes a lo desmesurado contaminan.
El uso de combustibles fósiles en la actividad bélica
El gasto militar es de los principales emisores de contaminantes. Los aviones consumen enormes cantidades de combustibles fósiles, al igual que las bases militares y los centros logísticos. Y el equipo militar necesita ser operado y mantenido regularmente para estar listo para las batallas y combates.
En general, los presupuestos militares de los Estados miembros para 2023 produjeron unos 233 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, estiman los autores, lo que es más que el total anual de emisiones de gases de efecto invernadero de México o Colombia.
La OTAN incluye sólo el 16 % de todos los países con 32 estados miembros. El año pasado, sus miembros fueron responsables del 55 % de todo el gasto militar mundial y Estados Unidos representó más de dos tercios de ese total.
Estados Unidos, cuyo ejército ya es el principal emisor institucional, fue responsable de la mayor parte del repunte con un aumento presupuestario de 55,000 millones de dólares. Le siguieron Polonia, el Reino Unido y Alemania, cuyos presupuestos militares crecieron 16,000 millones de dólares, 10,900 millones de dólares y 10,700 millones de dólares, respectivamente.
Inversiones nocivas para el planeta y la humanidad a nivel mundial
Si tan solo el aumento del gasto militar de la OTAN se desviara hacia propósitos climáticos positivos, podría cubrir completamente el financiamiento climático mínimo para los países en desarrollo propuesto en las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas de este año.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, el principal organismo climático del mundo, dice que el mundo debe reducir las emisiones en un 43 % para 2030 para cumplir los objetivos más ambiciosos del acuerdo de París.
Para alcanzar ese objetivo, calcularon los investigadores, será necesaria una reducción anual de las emisiones militares de al menos un 5 %. Pero los países de la OTAN están avanzando en la dirección equivocada. Lo único que logran estas inversiones es impulsar el calentamiento global y desviar fondos del financiamiento climático.
Según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los fondos militares adicionales de aproximadamente 2,57 billones de dólares, serían suficientes para cubrir los costos de adaptación climática de los países de ingresos bajos y medianos durante siete años.
Se han implementado algunas salvaguardias ambientales para limitar la contaminación de la industria armamentista, pero en Estados Unidos y Europa especialmente, esas reglas se están dejando de lado cada vez más si se las considera barreras al aumento de la producción, dice el informe de TNI.
El aumento del gasto en defensa también crea un mundo más militarizado, contaminado y violento, en un momento en el que se necesita unión como especie para cuidar nuestro hogar.... nuestra Tierra.
Recuerda que por cada arma que veas debes sembrar una planta o un árbol.
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Referencia de la nota:
Nato’s 2023 military spending produced about 233m metric tonnes of CO2 – report, The Guardian, 9 de julio del 2024.
The planetary impact of NATO’s spending increases, TNI, 8 de julio del 2024.