Así se celebra en Chihuahua la Semana Santa: un evento único de más de 400 años
La Semana Mayor entre la comunidad rarámuri, es una de las más particulares y únicas en la República Mexicana. Este grupo originario, ha logrado conservar sus tradiciones con el pasar del tiempo.
En primera instancia, es importante aclarar que el término “tarahumara”, se le conoce en Chihuahua, como la región donde se presenta el ecosistema de bosque, ahí donde precisamente, por su orografía se tiene la “fábrica de chocolates” o “fábrica de agua”, la imponente Sierra Tarahumara.
En este mismo orden de ideas, el término “rarámuri”, es empleado para definir a la raza, de los grupos originarios que habitan en la región, que es la más numerosa, y que habita un espacio más amplio que el resto de sus coterráneos, en la porción Nor-occidental de la República Mexicana.
Aunque en mucha literatura se dice que, este importa grupo originario se “oculta” en lo intrínseco de la Sierra Madre Occidental, hacia lo profundo de las Barrancas del Cobre, lo cierto es que no solo en esa porción de la entidad se les puede localizar. Lo que sí es verdad, es que a través de los años, han logrado conservar sus tradiciones.
En algunas publicaciones, se dice que, son hasta 400 años los que han mantenido vivas su costumbres y tradiciones religiosas. La Semana Santa, o Semana Mayor, para los Rarámuris se libra una lucha entre el bien y el mal, marcando una especie de Año Nuevo para ellos.
Todo inicia el Miércoles Santo
La celebración inicia el Miércoles Santo, fecha en la que, desde lo alto de los cerros, se encienden fogatas y se tocan tambores. Se dice que, a partir del Jueves Santo, descienden de lo alto de las serranías, para congregarse en en el pueblo, así como en el atrio del templo católico Misión Tewerechic.
Ahí, se concentran al sonar de un flautín y de los tambores, señales que manifiestan que se ha dado inicio a la celebración. A lo largo de tres días, se realizan diversas peregrinaciones, así como el Viacrucis con la imagen de Jesucristo. Por otra parte, se lleva a cabo también, la quema del Judas-mestizo.
Los Pascolas, son los protagonistas
Conforme a lo que se conoce de estas tradiciones, que año con año se llevan a cabo, se dice que los protagonistas son Los Pascolas, quienes se tiñen la piel con manchas de color blanco. Ellos son lo que atacan al mal. Por otra parte, un elemento también importante es el tesgüino.
Esta, es una bebida alcóholica, fermentada a base de maíz, típica de la región, que se consume no solo en esta celebración. La mezcla de costumbres, creencias y ritos, hacen de esta experiencia, una oportunidad para conocer más de esta comunidad, de un pueblo originario.
Los tambores llaman poderosamente la atención
El poderoso sonido de los tambores, así como el descenso de los danzantes desde lo alto de las serranías, se queda marcado en los recuerdos de quienes viven esta experiencia en la Semana Santa. Destacan también, las peregrinaciones que se llevan a cabo durante el Viernes Santo.
En ellas, la gente se congrega para cargar la imagen de Cristo, así como la de la Vírgen de los Dolores, quien porta la vestimenta tradicional rarámuri. Lo que sobresale en este día, es la ceremonia de pintado de Los Pascolas, danzantes que son los responsables de exterminar el mal.
Ofrecimiento a una cruz
Quienes se ofrecen a personificarse, inicialmente portan solamente un calzoncillo de color blanco. Posteriormente, su piel es teñida del mismo color. Ellos, realizan un ofrecimiento a un crucifijo, danzando descalzos en círculos, mientras otros son los responsables de decorar su piel de líneas rojas y negras.
Al día siguiente, Sábado Santo o también conocido popularmente como Sábado de Gloria, se realiza la quema del Judas-Mestizo. Este, por lo general es un muñeco elaborado a base pasto seco, vestido como un mestizo, con botas y sombrero.
Es llevado a la hoguera
La gente, se burla de esta imagen, arrojándole piedras. Así mismo se le arrojan lanzas, en señal de muerte. Una vez que lo han “aniquilado”, se lleva a la hoguera para quemarlo. Posterior a ello, la gente se reúne con sus familiares, agradeciendo a Dios e iniciando una nueva etapa.
La Comunidad Rarámuri, cumple su misión de proteger a Dios hasta que retome su buen estado, hasta que se recupere completamente. Al periodo de la Semana Santa Rarámuri, se le denomina, en su dialecto, comonorirawachi, que tiene como significado: “cuando caminamos en círculo”.
La mayor parte de la celebración se vive dando vueltas al templo
Precisamente, la mayor parte de la celebración se vive dando la vuelta a cada iglesia (templo), en procesión, reverente y de forma continua. De esta forma, se establece un cordón de creencia que defiende a la Iglesia, y por extensión a Dios. En este periodo del año, se dice que el destino del universo reposa en la espalda quemada de los Rarámuris.
Y es por esta razón que, se le impide al maligno la victoria sobre Dios, y con ella la destrucción del mundo conocido. El último día, se personifican las luchas entre fariseos y soldados, simbolizando la eterna confrontación entre el bien y el mal.
Cómo llegar a Tewerichic
Para vivir de esta experiencia, una de las rutas es utilizar el transporte de ferrocarril, conocido como ChePe, que sale de Chihuahua capital. El descenso, se tiene que realizar en Bocoyna. Otra forma, es emprender el viaje en automóvil, tomando la vía Chihuahua a Cuauhtémoc, y de ahí hacia Creel.
Al llegar a Bocoyna, se deberá emprender un trayecto por terracería, que conduce a la Misión de Sisoguichi. Estando ahí, se toma la ruta hacia la comunidad de Panalachi. Una vez ahí, se transita por un camino accidentado hacia Tewerichic. Es recomendable hospedarse en Bocoyna, o en su defecto, acampar cercano a la Misión.