La historia de Manhattan o cómo los holandeses la compraron por 24 dólares

La historia del encuentro entre colonos europeos y nativos americanos es fundamental en la historia de Nueva York, particularmente lo que hoy conocemos como Manhattan.

Manhattan
Los holandeses jugaron un papel fundamental en el establecimiento de una colonia en la ciudad que hoy conocemos como Nueva York, particularmente Manhattan.


En el siglo XVII la historia de Manhattan comenzó a tomar forma cuando exploradores europeos comenzaron a llegar a las costas de América del Norte, entre ellos, los holandeses.

Los exploradores europeos motivados por encontrar una ruta óptima para comerciar con la India llegaron a América en el siglo XV, por esta razón llamaron indios a los nativos que habitaban en las tierras a las que llegaron y explotaron.

En 1609 el explorador inglés Henry Hudson, al servicio de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, navegó por el río que hoy lleva su nombre. Durante su exploración encontraron a las tribus nativas que habitaban la zona, entre ellas los lenape.

El contacto inicial entre la exploración de Henry Hudson y los nativos sentó las bases para futuros intercambios comerciales y relaciones. Una de las historias que mezcla ambición es la compra de Manhattan

castor
La ubicación de Manhattan la hacía ideal para el comercio de pieles de castor, un recurso muy valorado en Europa en ese momento.

La historia de la compra del actual Manhattan

La verdadera adquisición de Manhattan ocurrió en 1626, cuando Peter Minuit, el primer gobernador de la colonia holandesa de Nueva Ámsterdam, llevó a cabo una transacción con los nativos americanos.

Minuit compró la isla de Manhattan por un valor de 60 guilders, que algunos interpretan como el equivalente a aproximadamente 24 dólares en la actualidad. Esta cifra ha dado pie a muchos mitos y malentendidos sobre la naturaleza de la compra.

Los nativos no entendieron el concepto de propiedad privada tal como lo concebían los europeos, por lo que esta transacción fue vista más como un intercambio de bienes que como una venta en el sentido moderno.

La excelente ubicación geográfica para el comercio de pieles

Los holandeses estaban motivados por el deseo de establecer un próspero puesto comercial en la región. La ubicación estratégica de Manhattan, rodeada por el agua y con fácil acceso a rutas comerciales.

A medida que la colonia creció, también lo hizo su población, compuesta por inmigrantes de diversas nacionalidades, que contribuyeron al desarrollo cultural y económico de la zona.

Sin embargo, la relación entre los colonos holandeses y los nativos americanos no estuvo exenta de tensiones. A medida que más colonos llegaban, la demanda de tierras aumentaba, lo que llevó a conflictos por el uso de los recursos y el territorio.

De Nueva Ámsterdam a Nueva York

A pesar de las tensiones, muchos nativos y colonos intentaron mantener una relación de comercio y diplomacia, pero el deseo de expansión de los europeos finalmente condujo a la desposesión de los pueblos indígenas.

La búsqueda de una ruta óptima para llegar a la India fue la motivación de los exploradores europeos. Una de las especies más codiciadas era la nuez mozcada.

En agosto de 1664 la colonia holandesa fue tomada por los británicos. Un mes después de la toma del gobernador holandés Peter Stuyvesan se rindió y Nueva Ámsterdam fue renombrada por los ingleses como Nueva York.

Guerras, tratados y traslados forzosos

Mientras las tensiones entre ingleses y holandeses aumentaba, los habitantes que consideraban Manhattan su tierra ancestral fueron expulsados a otras regiones dentro de Estados Unidos.

En la década de 1860 la mayoría de los lenape habían sido expulsados a lo que hoy es Oklahoma. En la actualidad, tres tribus lenape están reconocidas federalmente por Estados Unidos.