Inusual: ¡un exoplaneta podría contener incluso más agua líquida que la Tierra!
Según los planetólogos del CNRS, el exoplaneta LHS 1140 b situado en la constelación de la Ballena podría ser un planeta cuya superficie esté cubierta por un vasto océano.
Un equipo de planetólogos del CNRS, en colaboración con astrónomos de la Universidad de Montreal, ha proporcionado recientemente las primeras pruebas de que el exoplaneta LHS 1140 b podría ser un planeta oceánico.
Un planeta situado a 48 años luz de la Tierra
LHS 1140 b fue descubierto en 2017 por el proyecto MEarth y ha sido observado varias veces en los últimos años gracias, en particular, a los telescopios espaciales Hubble, Spitzer, TESS, pero también gracias a ESPRESSO, un instrumento ubicado en el telescopio VLT en Chile.
Se encuentra en la constelación de la Ballena, a unos 48 años luz de la Tierra y orbita alrededor de una enana roja de aproximadamente una quinta parte del tamaño de nuestro Sol. Las observaciones realizadas por los distintos instrumentos mencionados anteriormente ya habían permitido medir con precisión la masa y el radio de este planeta.
Durante las últimas observaciones, los investigadores aseguraron que el planeta tenía una densidad sorprendentemente baja. Estos datos sugirieron entonces la presencia de una gruesa envoltura de hidrógeno y helio (similar a los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar), o la presencia de una inmensa cantidad de agua en el planeta.
LHS 1140 b: ¿un planeta oceánico?
En diciembre de 2023, durante un nuevo análisis realizado con el telescopio espacial James Webb y su instrumento NIRISS, los investigadores observaron que la envoltura de hidrógeno y helio de este exoplaneta relativamente cercano a la Tierra había desaparecido.
Si los científicos inicialmente pensaron que se trataba de un error de cálculo, esta observación fue confirmada por otra fuente independiente y simultánea realizada utilizando el NIRSpec, otro instrumento del telescopio James Webb que utiliza longitudes de onda diferentes a las del NIRISS.
Esta sorprendente observación implica, por tanto, que la baja densidad del planeta LHS 1140 b se debe en realidad a la presencia de una cantidad muy grande de agua, mucho mayor que la de la Tierra. Dada la distancia entre el planeta y su estrella, esta agua también tiene muchas posibilidades de estar, al menos en parte, en forma líquida, formando océanos en la superficie y/o en el subsuelo del planeta, lo que convierte a LHS 1140 b en un planeta oceánico.
Esta conclusión constituye el primer resultado prometedor del telescopio James Webb en el estudio de planetas potencialmente habitables, estando éste situado en la zona habitable de su estrella. Las futuras observaciones deberían permitir entonces caracterizar la composición química de la atmósfera de esta súper Tierra, que es 1.7 veces más grande que la Tierra y 5.6 veces más masiva.