Estadísticamente este sería el día más frío de enero en CDMX
Entre datos históricos, récords sorprendentes y madrugadas gélidas, exploramos las fechas que han hecho historia en el invierno capitalino. Crónicas de invierno, cobijas y cafecito caliente.
Y si te dijera que la Ciudad de México alguna vez pareció una postal de invierno (a lo Winterfell, pero sin Starks y con más tacos de guisado), ¿me creerías? Pues nuestra ciudad vivió su propia nevada histórica. Fue el 11 de enero de 1967, cuando el termómetro marcó -4°C y las calles amanecieron tapizadas de blanco. Pero eso queridos lectores, no es ni de cerca el día más frío de enero.
Enero tiene sus momentos. Es el mes más frío del año, que te cala hasta los huesos, enfría el café antes de terminarlo y hace que hasta el perro dude si salir a pasear. Pero si creías que ese día de la nevada fue el peor, prepárate para conocer datos que te harán apretar la cobija. Se avecinan porras para el Team Frío, y que tiemble el Team Calor.
En tiempos en que bañarse se vuelve un deporte extremo, surge la pregunta: ¿Alguna vez ha habido un día tan, pero tan frío que hasta con tres suéteres y bufanda terminaron diciendo "ya estuvo"? ¿Existe un día que la estadística señale como el más helado de todos los eneros?
Aunque el 11 de enero de 1967 nos dejó una ciudad blanca y congelada, hay registros que cuentan otra historia, cuando el frío ha dejado huellas más profundas en esta ciudad de concreto y caos. Abrígate bien, porque este viaje al pasado invernal promete dejarte con los pies helados… pero el corazón lleno de curiosidad.
¿Por qué enero puede ser tan frío?
Enero es ese mes que parece sacado de un drama: oscuro, gélido y lleno de frentes (fríos, claro está). Es el mes con más frentes fríos en el calendario meteorológico, esos sistemas que bajan desde el norte arrastrando aire polar. Cuando este aire helado se estacionan sobre el altiplano, las temperaturas descienden dramáticamente, especialmente durante la madrugada.
Además habemus bonus extra. Aquí en la CDMX tenemos... la inversión térmica. En las noches despejadas y sin viento, el calor que se acumuló durante el día escapa rápidamente, dejando la superficie fría. ¿El "truco" atmosférico? El aire frío queda atrapado cerca del suelo y transforma las madrugadas en un auténtico reto.
Y la geografía también hace de las suyas. En las áreas altas y rurales se suelen registrar temperaturas muy bajas. En contraste, las zonas urbanizadas, como el centro de la ciudad, reciben una "ayudadita" del efecto isla de calor, que modera un poco el frío. Pero en enero, ni el concreto citadino ni el tráfico logran evitar que la ciudad entera saque chamarras, bufandas y hasta el cobertor de tigre.
Buscando el día más frío
Indagando en el calendario invernal del primer mes del año, se analizaron 11 estaciones de la red del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) que aún operan y sirven como referencia para las normales climatológicas (o sea, "lo normal" en los últimos 30 años). Estas estaciones, distribuidas en diversas zonas de CDMX, nos ofrecen un panorama detallado del frío capitalino.
El récord absoluto de temperatura mínima en la Ciudad de México pertenece al 5 de enero de 1967, cuando la estación El Guarda, en Tlalpan, registró unos estremecedores -10.5°C. Este día, además de ponérsela difícil a Baltasar, Gaspar y Melchor, marca la mínima más baja registrada en enero y dejó huella como el punto más frío jamás registrado.
Pero el frío en enero no se deja encasillar fácilmente. Aunque el día 5 es bien intenso, una peculiaridad destaca entre los datos: la llamada (por mí) "tríada helada". Los días 11, 12 y 13 de enero aparecen repetidamente con mínimas históricas. Entre ellos, el 12 de enero lidera en frecuencia, coronándose como el día estadística y obstinadamente más frío.
Un clima que está cambiando
El frío extremo protagoniza mayormente el pasado de la Ciudad de México, mostrando una tendencia a disminuir en las últimas décadas. Esto no es casualidad: el cambio climático y la urbanización están calentando la capital. El efecto isla de calor urbano, generado por el concreto y la actividad humana, modera las mínimas en las zonas densamente pobladas.
Sin embargo, la naturaleza siempre encuentra formas de sorprendernos. El año 2018 fue una excepción a esta tendencia, con varios días registrando temperaturas inusualmente bajas, como el 29 de enero, que alcanzó mínimos cercanos a los -3°C en algunas estaciones.
Entonces, ya lo saben, la próxima vez que se anden congelando, piensen que la CDMX vio días mucho peores. Y mientras nos envolvemos como tamal en cobija de tigre, allá en las montañas hay quienes están viendo pasar pingüinos. Así que, mejor échenle más canela al atole y agradezcan que, al menos, aquí el frío viene con historia… sin Starks pero con tacos.