Confirmado: el viento del vórtice polar se ha invertido. ¿Comienza el lío?
De momento hablamos del vórtice polar estratosférico y no del troposférico, por lo que sus consecuencias no se aprecian directamente. Sin embargo, con el paso de los días se irá propagando a capas inferiores y podría tener repercusiones en la tropósfera y en las condiciones meteorológicas a escala planetaria.
El calentamiento súbito estratosférico del que tanto se ha estado hablando entre aficionados y profesionales en las últimas semanas ya es una realidad y en las últimas horas se ha extendido por la estratósfera del hemisferio norte.
A diferencia de la tropósfera, la estratósfera es una capa sin apenas movimientos verticales de las masas de aire y sin influencia directa de los obstáculos e irregularidades tanto orográficas como atmosféricas de la superficie, esto permite una predicción global más sencilla del comportamiento de esta capa. Es por esta razón que el calentamiento actual llevaba previsto a grandes rasgos prácticamente desde el mes de enero.
El evento está siendo muy significativo y se está traduciendo en una inversión de los vientos zonales del oeste que soplan en torno al polo norte. Este vórtice se ha desplazado sobre el hemisferio norte dando paso al desarrollo de una corriente opuesta, con vientos del este, sobre el ártico.
De momento, este cambio no tiene ninguna influencia directa en la tropósfera y sólo afecta a las masas de aire que se mueven por encima de los 30 km de altura, sin embargo, las previsiones indican que en los próximos días se irá propagando a capas cada vez más bajas.
El proceso de propagación no es rápido ni tiene lugar siempre. En otras ocasiones se han producido este tipo de eventos sin tener repercusiones importantes en niveles inferiores. Sin embargo, las previsiones en este caso sí contemplan esa propagación durante estos próximos días a los niveles más bajos de la estratósfera con un notable grado de confianza.
Es una anomalía positiva de temperatura que se desarrolla rápidamente en la estratosfera, llegando a calentarse más de 50 ºC en 2 o 3 días, y que altera significativamente la circulación de vientos de la misma. Esto puede -o no- transmitirse a la tropósfera, la capa donde ocurren los fenómenos meteorológicos que nosotros notamos, y llevar aire frío y bajas presiones que se pueden profundizar hacia la superficie.
¿Tendrá consecuencias en la tropósfera?
Las previsiones para esta próxima semana muestran ya, de entrada, que estas anomalías en la circulación de la estratósfera podrían propagarse entre los niveles de 50 hPa y 100 hPa durante la semana que viene, es decir, por debajo de los 20 km y en el entorno de la tropopausa. Incluso parece probable que puedan afectar a los niveles inferiores a los 100 hPa durante los últimos días del mes y comienzos de marzo, por lo que no es en absoluto descartable esa influencia en la tropósfera durante las próximas semanas.
Si esto ocurre, las consecuencias en la tropósfera podrían ser inminentes y desembocar en un debilitamiento del vórtice polar troposférico, lo que facilitaría la aparición de anticiclones de bloqueo en latitudes altas y, en resumen, la migración de masas de aire lejos de su latitud de origen, facilitando que las masas de aire frío se alejen del ártico y puedan aparecer con facilidad en nuestras latitudes.
Si bien, sobre el México no se tiene un efecto directo del calentamiento estratosférico, de forma indirecta el cambio en la circulación de Norteamérica termina afectando nuestra región. Considerando que nos encontramos en las últimas semanas del invierno, se podrían presentarse descensos de temperatura significativos.
Variaciones destacables la semana que viene
Aunque no puede probarse todavía una relación directa con lo que está sucediendo ahora mismo en la estratósfera, los modelos están empezando a ver cambios en la situación meteorológica a escala sinóptica de cara a finales de febrero. Probablemente, las masas de aire ártico se desplacen más la sur, recorriendo desde Canadá hasta Estados Unidos y posiblemente alcancen territorio mexicano durante los primeros días de marzo.
Cabe mencionar, que aún cuando las advecciones de aire frío se suelen producir caída significativa en el termómetro de temperatura ambiente, esto depende de la posición de las grandes dorsales y vaguadas que se gestan en este tipo de escenarios las condiciones meteorológicas en un punto concreto del hemisferio norte.