¿El café descafeinado tiene cafeína? Te explicamos cómo se quita y con qué éxito
Más de 22 millones de personas toman como mínimo una taza de café al día, unos 4 kilos de café por persona y año. Esto sin contar los que lo toman descafeinado, ¿es cierto que no tiene nada de cafeína?
El café es tan importante en nuestras vidas que incluso la primera webcam se inventó en 1991 para vigilar una cafetera para ver el nivel de café que había y así no dar paseos en balde: no hay que olvidar que los mayores avances han sido gracias a la pereza.
No, el origen no es el que te han contado.
Dicen que el café es originario de Etiopía, pero no hay datos de cómo fueron sus inicios. Algunos dicen que un pastor de cabras en el siglo IX vio a sus las cabras volverse locas al probar las bayas de un arbusto. Pero la realidad es que esto se escribió en 1671, así que no parece muy real.
A mediados del siglo XV sí hay una evidencia sobre el café en los monasterios sufí de Yemen. Cuentan les llevaron unas bayas con las que hacían una pasta, pero al probarlo no les gustó, tiraron las bayas al fuego y ahí salió ese apetecible aroma a café… ahí ya sí que sí, disolvieron los granos tostados en agua con sal, porque no había mucho comercio de azúcar y les supo muy rico.
De ahí se fue extendiendo con gran éxito tanto que en 1475 se abrió la primera cafetería de la historia en Constantinopla. Y desde ese momento, algunos ya no podemos vivir sin él.
Café y cafeína
Las variedades principales son robusta y arábica. Robusta tiene el grano con la forma más redondeada, más cantidad de cafeína y la fisura central es recta.
El aroma y sabor es menos intenso que arábica, pero el porcentaje de cafeína es entre dos y tres veces superior. Aun así, casi todo lo que hay es arábica o mezcla de arábica y robusta.
Cafeína y teína
El té tiene menos cafeína que el café, pero no pensemos que por llamarlo teína no es exactamente lo mismo que la cafeína. En 1819 Runge descubrió la cafeína y en 1827 Oudry aisló la misma molécula, teína, a partir del té. En 1838 se vio que eran lo mismo. Pero ya era tarde, todos hablábamos como si fuera diferente.
Sí, es posible que no te sientas igual. El té y el café tienen otras sustancias que hacen que sean distintos y te afectan de forma diferente pero no porque la molécula de cafeína sea distinta. Claramente el café tiene más cafeína por volumen: una taza de té tiene 10 veces menos de cafeína que un expreso.
El descafeinado sí tiene cafeína
Muy poco pero no es cero. No puede tener más de 0.1 % en base seca para el tostado y el 0.3 % en el café soluble. De forma práctica, habría que tomar unas 12 tazas para llegar a la misma cantidad de cafeína de un café normal.
El café descafeinado se obtiene a partir del café verde (ni tostado ni molido) al que se le extrae la cafeína. La clave aquí es conseguir quitarlo sin penalizar a los aromas. Los métodos de eliminación de la cafeína son seguros y no suponen ningún problema de salud para las personas.
Hay diferentes técnicas: por disolvente, agua, CO2 supercrítico... pero todos son más o menos así.
- Hinchado del grano con agua caliente.
- Extracción de cafeína.
- Eliminación del disolvente. Esto último suena fatal, pero sólo es porque la cafeína se ha disuelto en él y por último secado del café hasta recuperar la humedad.
Café soluble
En lo más difícil todavía está el café instantáneo , que se puede hacer por atomización o por liofilización.
La atomización se hace el café como en casa y luego se va pulverizando en presencia de aire caliente de forma que se evapora el agua y quedan sólo las partículas de café. Pero éste conserva peor los aromas. En la liofilización el café se ultracongela y posteriormente se deshidrata con una sublimación y se extrae el café.
¿Cuál es la dosis máxima de cafeína?
Es muy difícil saber cuántas cafeína hay exactamente en una taza. Pongamos entre 20 y 80 mg de cafeína. La dosis de seguridad serían unos 400 mg (ojo, no de golpe) en adultos, así que podríamos tomar hasta 5 tazas durante el día con tranquilidad si no tenemos hipertensión.