¿Dónde está el puente internacional más pequeño del mundo?
El puente internacional más pequeño del mundo mide algo más de 3 metros y no pueden circular automóviles por él. Cruzas un río e incluso cambias de país y de huso horario.
Cuando pensamos en una frontera entre dos países nos suele venir a la cabeza lugares concurridos y con grandes infraestructuras: vallas, puestos de vigilancia, enormes puentes, carteles. Sin embargo, en otras muchas es imposible saber dónde acaba un país y dónde comienza el otro, especialmente si estamos en áreas desérticas, zonas de montaña o en alta mar.
Precisamente, en la Península Ibérica al suroeste de Europa, entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, existen algunos hitos muy curiosos entre los límites de los países que la conforman.
Pero aquí vamos hablar de uno que es prácticamente desconocido para la gran mayoría de la población: el puente internacional más pequeño del mundo que se localiza entre España y Portugal. Si eres aficionado a las curiosidades geográficas, no te pierdas lo que te vamos a contar.
¿Dónde se encuentra este diminuto puente transfronterizo?
En ocasiones, las líneas que dividen los estados son prácticamente imperceptibles. Este es el caso de la partida de El Marco: la mitad de esta aldea se encuentra en suelo español, concretamente en el término de La Codosera en Badajoz, mientras que el resto se localiza en tierras portuguesas en el municipio de Arronches.
Esto es así desde el tratado de Lisboa de 1864. Desde entonces, el arroyo de Arronches o Abrilongo, un pequeño río que desagua en el Gévora, ejerce de línea divisoria entre España y Portugal. Y aquí es donde se encuentra este pequeño puente, que en los últimos años se está dando a conocer gracias a la difusión de su ubicación en redes sociales.
Puente construido en 2008
Hasta hace pocos años, los propios habitantes eran los que ponían tablones de madera para salvar el pequeño y empinado cauce del Abrilongo, añadiendo unos pasamanos muy rudimentarios para cruzar la Raya, térmico que hace referencia a la frontera hispano-lusa. El problema es que cada vez que había fuertes lluvias, las crecidas del río se llevaban por delante todo lo que encontraban a su paso.
Eso cambió en 2008. Gracias a la iniciativa del municipio portugués de Arronches y con fondos de la Unión Europea, arrancaron las obras de construcción del puente, en la que participaron trabajadores de ambos países. Actualmente, el puente cuenta con una pasarela de madera, pasamanos y refuerzos que impiden que pueda ser arrastrado ante posibles crecidas del arroyo.En aproximadamente 3 metros se cruza un río, se cambia de país y de huso horario
El puente transfronterizo de El Marco mide algo más de 3 metros de longitud y 1.45 metros de ancho, convirtiéndose en el puente internacional más pequeño del mundo, "honor" que hasta 2008 poseía el puente de 9.75 metros que comunica la isla de Zavikon, en la provincia canadiense de Ontario, con un islote del estado de Nueva York, en EE. UU. No obstante, de acuerdo con la cartografía oficial ambas islas están en territorio canadiense.
Además, en el caso del minúsculo puente hispano-portugués, en 3 metros podemos cruzar un rio, cambiar de país y de huso horario. De hecho, desde el lado portugués siempre dicen que se tarda 1 hora en cruzar el puente desde Portugal a España, mientras que el caso contrario se "viaja al pasado".
Aunque puede sorprender, este hito geográfico es un rincón bucólico y solitario rodeado de castaños, olivos y encinas. Como puedes imaginar, sólo pueden cruzar al otro lado de la Raya peatones, bicicletas y alguna moto. La única pista para saber en qué país estamos son unas letras de piedra situadas en ambos márgenes del río Abrilongo, en las que hay una "E" y una "P".
Un importante paso de contrabando
Actualmente, gracias al Tratado de Schengen cualquiera puede circular libremente de España a Portugal, y viceversa, ya que hay libertad de movimiento de personas y de comercio. Sin embargo, antes de eso en esta zona era muy habitual el contrabando. Y sí, El Marco era uno de esos puntos más transitados. Por el lado portugués ofrecían tabaco, café o toallas; por el español vino o vasijas.
Hoy aquello ya es sólo un recuerdo. Los vecinos de la zona hablan el conocido como "portuñol", una mezcla del castellano y del portugués, aunque muchos habitantes dominan perfectamente ambos idiomas: aquí la frontera simplemente es una línea en los mapas. ¡Hasta los sitios pequeños tienen grandes historias para contar!