Descubren que el plancton convierte microplásticos en peligrosas nanopartículas de plástico por toda el agua del planeta
Podría haber más nanoplásticos de los que nos pensamos: nuevas investigaciones confirman que el plancton consume microplásticos y los expulsa como partículas más pequeñas que se estarían acumulando peligrosamente en los océanos y en el agua dulce.
El plancton, unos seres microscópicos que flotan en el agua, son fundamentales en los ecosistemas acuáticos, sobre todo en la cadena trófica. Aun así, podrían tener más protagonismo del que se había pensado hasta ahora: nuevas investigaciones afirman que están directamente relacionados con la creación de peligrosos nanoplásticos que podrían estar extendidos por todas las aguas del planeta.
La pesadilla empeora: de microplásticos a nanoplásticos
Desde mediados del siglo XX el uso del plástico ha aumentado sin control, lo que resulta un grave problema si consideramos que tarda cientos de años en descomponerse.
Se calcula que cada segundo se arrojan más de 200 kilos de plástico a mares y océanos. En total, en un año se suma el vertiginoso valor de 12,7 millones de toneladas de plástico nuevas a las aguas de nuestro planeta.
Los resultados de las nuevas investigaciones son preocupantes, ya que afirman que a este proceso de fragmentación natural se le tienen que añadir los nanoplásticos que crea el plancton. Investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst han descubierto que los rotíferos, un tipo de zooplancton, son capaces de convertir microplásticos en nanoplásticos. Se alimentan de los primeros, los descomponen y excretan miles de nanoplásticos al exterior.
El problema no acaba ahí, porque al contrario que otro tipo de zooplancton, los rotíferos viven en zonas pobladas por seres humanos. Se pueden encontrar en todas las zonas templadas y tropicales del mundo, por lo que es más fácil que estas partículas diminutas de plástico nos acaben afectando.
Enemigos del clima y de la salud
El incremento de estos plásticos es muy preocupante, ya que puede penetrar membranas biológicas y afectar el funcionamiento celular. Algunos estudios ya han encontrado microplásticos en la sangre humana y en el tejido cardíaco.
Además, se ha encontrado este tipo de material en todos los entornos de la Tierra, desde las zonas más altas, como las aguas de la cima del Everest hasta el área más profunda conocida de los océanos de la Tierra, la Fosa de las Marianas.
El entorno también se ve perjudicado durante y después de la fragmentación, ya que en estos momentos es cuando aumentan los químicos nocivos que se desprenden en el proceso.
Gracias a este descubrimiento se podrá evaluar el movimiento mundial de nanoplásticos, pero hay que recordar que si no queremos tener problemas con el plástico, está solo en nuestras manos disminuir su consumo.