La selva maya en Yucatán desaparece aceleradamente gracias a múltiples proyectos de urbanización

En cuatro años, la península ha perdido cerca de 285 mil hectáreas. Conforme a lo que explican y sustentan especialistas, 5 mil de ellas, están relacionadas al proyecto del Tren Maya; información proveniente de la evaluación del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

Considerable impacto ambiental se ha generado por el desarrollo de mega proyectos.

Una reciente evaluación del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS, por sus siglas), reveló que la Península de Yucatán ha perdido 285 mil 580 hectáreas de selvas, del año 2019 al reciente 2023. De ellas, 5 mil 610 corresponden al mega proyecto del Tren Maya.

Esta condición, se refleja particularmente en los tramos 5, 6 y 7 en las entidades de Quintana Roo y Campeche. Se dice que, bajo la dirección técnica del investigador Edward Ellis, el CCMSS explicó que la cifra total equivale a 71 mil hectáreas deforestadas por año, así como a 196 hectáreas de terrenos forestales destruidos diariamente.

Se refiere además, que la tasa anual de pérdida representa el 0.4 por ciento, cuando la media nacional es de 0.1. En este mismo orden de ideas, el CCMSS, explica que de las tres entidades de las cuales se compone la península de Yucatán, instaladas hacia el Sur Sureste del país, es Campeche la que presenta mayores daños, pues son 29 mil hectáreas de terrenos forestales siniestrados anualmente.

En referencia a lo anterior, le sigue Yucatán, con 27 mil 519, para concluir con Quintana Roo, con 14 mil 595 hectáreas dañadas anualmente. A detalle, Sergio Madrid, director ejecutivo del referido Consejo afirma que la tasa de pérdida es altísima con un ritmo de destrucción muy acelerado.

Se han fragmentado los hábitats, afectando considerablemente la vida y armonía de las especies.

Campeche con poco más de 117 mil hectáreas dañadas

En los últimos cuatro años, en Campeche, se han destruido 117 mil 124 hectáreas de terrenos forestales. Lo anterior, representa una pérdida anual de 29 mil 281 hectáreas. En este mismo sentido, los municipios que presentaron las pérdidas más altas son Holpechén, Carmen, Calakmul y Palizada.

Por su parte, en Quintana Roo, para el mismo periodo, se arrasaron con 58 mil 319 hectáreas de selvas, lo que representa una pérdida anual de 14 mil 595 hectáreas de terrenos forestales anualmente. Entre los municipios más dañados, se ubican a Othón P. Blanco, Bacalar, Cancún y Felipe Carrillo Puerto, este último en la zona maya.

Yucatán ha perdido miles de hectáreas de selvas

En relación a lo anterior, en Yucatán, el impacto a las selvas ha alcanzado la cifra de 110 mil 077 hectáreas destruidas, lo que significa que anualmente son 27 mil 519 hectáreas perdidas. Los municipios más deforestados son Tizimin, Panabá, Tekax y Sucilá.

Para este estudio, refieren, se empleó la plataforma Sistema de Información de Cambios de Cobertura Forestal (Sicamfor). Esta, es una nueva herramienta, cuyo diagnóstico está apoyada en Planet NICFI, Collect Earth Online y Google Earth Engine, para realizar el análisis, procesamiento y visualización de una importante cantidad de datos.

Importante nivel de certeza

Los investigadores, explican que el SICAMFOR, aporta un nivel de certeza mayor, entre 5 y 8 veces más, que las plataformas como Global Forest Watch o el Sistema Satelital de Monitoreo Forestal de la Comisión Nacional Forestal.

Definieron que, haciendo un cruce entre el contexto regional, aporte científico y trabajo de campo, se ha logrado identificar, “impulsores históricos” de pérdida de selvas, a decir: la agroindustria, la ganadería, la expansión inmobiliaria y el turismo.

Debilitamiento de instituciones

Se concluye también que, la deforestación en la región, es también consecuencia del importante debilitamiento de las instituciones ambientales en México. “Durante la construcción de mega obras, lideradas por las autoridades federales, se ha limitado la capacidad de las instituciones para cumplir con sus responsabilidades y garantizar el cumplimiento de la ley y de los derechos”, citaron.

Mientras tanto, para beneficio ambiental, se supo que Grupo Xcaret decidió abandonar el proyecto de megadesarrollo turístico, que incluía la construcción de nueve hoteles en la localidad de Santa Elena, cerca de la Zona Arqueológica instalada en Uxmal.

Se frenó la deforestación de casi 160 hectáreas

Con el referido proyecto, se frenó lo que pudo haber sido la deforestación de casi 160 hectáreas de selva en la zona maya. Por su parte, Greenpeace, dijo que el mega desarrollo, pudo alojar hasta 16,200 huéspedes.

La Península de Yucatán ha perdido 285 mil 580 hectáreas de selvas, del año 2019 al reciente 2023. De ellas, 5 mil 610 corresponden al mega proyecto del Tren Maya.

Esa cifra, es equivalente a cuatro veces la población actual de la comunidad de Santa Elena. En este mismo sentido, este proyecto, requeriría de hasta 22 veces más agua al año. Este dato, refieren, es la que consume totalmente el municipio de Yucatán.

Postura del Centro Mexicano de Derecho Ambiental

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C., define que en México, muchos de los mega proyectos se encuentran planeados, aprobados y ubicados en áreas rurales donde se encuentra parte considerable del patrimonio biocultural del país, sitios en donde habitan comunidades campesinas e indígenas.

Consideran que, a causa de la política social y ambiental predominante, se están generando diversas violaciones a los derechos humanos colectivos, pues no se garantiza el respeto a los derechos humanos, como la autonomía, territorio o acceso tradicional a los recursos naturales.

Una inadecuada planeación y gestión de proyectos, ocasiona graves consecuencias ambientales.

Fragmentación de hábitats

Con relación a los anterior, analizaron que los impactos socioambientales de un mega proyecto, no son evaluados de manera integral y eficaz, además de que la información sobre la cual el Estado evalúa los impactos es deficiente y parcial, tolerando fragmentación de hábitats - proyectos, y ocasionalmente, esa revisión se hace cuando el proyecto ya ha sido diseñado, concesionado y licitado.