Cultivo sostenible: comer insectos una tendencia gastronómica que esta reinventando a la alimentación mundial
Conoce el mundo de los insectos comestibles, una alternativa sostenible y nutritiva en la alimentación global. Explora cómo estos pequeños seres están transformando nuestras opciones alimenticias y promoviendo la sostenibilidad.
En un rincón del mundo, un plato de grillos fritos se convierte en la vanguardia de una revolución alimentaria. ¿Qué pasaría si la clave para la sostenibilidad global estuviera en los insectos? La entomofagia, práctica milenaria de consumir insectos, ha dejado de ser una costumbre exótica para convertirse en una tendencia culinaria global.
Con el aumento de la población y los problemas ambientales, es de suma importancia encontrar proteínas más sostenibles para alimentarnos. Comer insectos, lejos de ser una moda reciente, ha sido una fuente de alimentos en muchas culturas, tanto antiguas como actuales.
La industria de los insectos comestibles no solo busca ofrecer alternativas deliciosas y nutritivas, sino también abordar desafíos ambientales y nutricionales a escala mundial. Desde tiempos prehispánicos, México ha otorgado un lugar destacado a los insectos en sus tradiciones, religión y por supuesto en la gastronomía.
Actualmente, el país cuenta con 549 especies de insectos comestibles, lo que lo convierte en uno de los líderes mundiales en este sector. En las regiones sur, centro y sureste, se encuentran diversas variedades, como pulgones, escarabajos, mariposas, moscas, chapulines, gusanos de maguey, jumiles y escamoles.
El consumo de insectos no solo beneficia nuestra salud, sino que también puede reducir significativamente el impacto ambiental. Según un estudio de la Universidad de Helsinki, reemplazar alimentos de origen animal por insectos podría disminuir el calentamiento global y el uso del agua y de la tierra en más del 80%.
La contribución de los insectos comestibles a los ODS
La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, adoptada por la ONU en 2015, establece 17 Objetivos con 169 metas. La industria de insectos comestibles contribuye a siete de estos objetivos, abordando temas como hambre cero, seguridad alimentaria, salud y bienestar, agua limpia, crecimiento económico sostenible e inclusivo, e industria, innovación e infraestructura.
Ante el desafío de alimentar a más de 9 mil millones en 2050, la cría de insectos surge como solución sostenible, contrarrestando la insostenibilidad de la ganadería. La FAO revela que un 25% de la superficie habitable se destina a pastos para ganado y un tercio de las tierras cultivables a alimentos para ganadería.
Desafios y oportunidades en la producción y consumo de insectos
La entomofagia, aunque sostenible, enfrenta desafíos en su aceptación global por resistencia cultural, preocupaciones sobre bienestar animal y marcos legales insuficientes. Expertos indican que cambios en el comportamiento del consumidor podrían impulsar hacia una alimentación más sostenible.
La Universidad de Wageningen en Países Bajos ha identificado más de 2,000 especies comestibles de insectos y arácnidos, destacando su riqueza en proteínas, ácidos grasos insaturados, aminoácidos, vitaminas y minerales. Los insectos, como los grillos, muestran un impresionante 65% de contenido proteico en peso, superando significativamente a la carne de vacuno (23%) y al tofu (8%).
Con el avance de la entomofagia, los marcos legales se están adaptando. Un ejemplo es la Unión Europea, que ha implementado regulaciones específicas para los insectos como nuevos alimentos, asegurando su aprobación individual. Esta medida no solo vela por la seguridad alimentaria, sino que también aborda las inquietudes del consumidor mediante la exigencia de etiquetados claros.
Los insectos como superalimentos
La gastronomía mundial se transforma con la innovación en la presentación de insectos comestibles, desde tradicionales insectos fritos hasta harina de grillo en barritas energéticas. A pesar de desafíos en la aceptación occidental, hay un aumento en la oferta de insectos en restaurantes y comercios especializados en Europa y los Estados Unidos.
Mariana Isabel Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, destaca los beneficios nutricionales de los insectos. Estos ofrecen potasio, vitamina A, componentes de las vitaminas B y C, así como calcio. Además, son libres de colesterol, superando a la carne en proteínas y nutrientes esenciales sin los riesgos asociados a las grasas saturadas.
Insectos en el plato, esperanza en el futuro
La transformación hacia la incorporación de insectos comestibles no solo implica un retorno a las prácticas alimentarias ancestrales, sino que también simboliza una prometedora senda hacia la sostenibilidad futura. La superación de barreras culturales y legales se presenta como un paso crucial para aprovechar plenamente los beneficios arraigados en esta práctica milenaria.
A medida que una mayor cantidad de individuos se muestra receptiva a la idea de integrar insectos en su dieta, se allana progresivamente el camino hacia la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, con cada bocado representando un avance hacia un futuro más equitativo y respetuoso con el medio ambiente.
Cada bocado de insectos es un pequeño paso hacia un futuro alimentario más sostenible. ¿Estamos listos para abrazar la transformación y cambiar no solo lo que comemos, sino cómo percibimos la comida?