Los cubrebocas desechables de la pandemia una 'bomba de contaminación'
Continuamos contaminando a pasos agigantados. Aún cuando en el periodo de la pandemia por COVID-19 se ha disminuido en la emisión de algunos gases contaminantes. Por otro lado, se está contribuyendo con grandes cantidades de basura.
Los conocidos en diferentes países de latinoamérica como máscaras quirúrgicas, cubrebocas, tapabocas, barbijos o nasobucos, se han vuelto uno de los desechos más contaminantes durante este actual periodo de emergencia sanitaria por Coronavirus, en especial las desechables.
Una reciente investigación de universidades conjuntas, estimó que usamos la asombrosa cantidad de 129 mil millones de máscaras quirúrgicas cada mes, en todo el mundo, es decir 3 millones por minuto, y la mayoría son hechos de microfibras de plástico.
Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca y de la Universidad de Princeton, afirman que los cubrebocas son un peligro para el medio ambiente en términos ecológicos, ya que no hay pautas para el reciclaje de mascarillas quirúrgicas.
Mientras que, científicos ambientalistas en un comentario en la revista científica Frontiers of Environmental Science & Engineering, advierten que: "Con el aumento de informes sobre la eliminación inadecuada de cubrebocas, es urgente reconocer esta posible amenaza ambiental y evitar que se convierta en el próximo problema plástico".
Los cubrebocas desechables son productos de plástico que no se pueden biodegradar fácilmente. Además, a largo plazo pueden fragmentarse en partículas de plástico más pequeñas, como micro y nanoplásticos, situación que les permitiría que se extiendan por los ecosistemas y contaminen más.
Cubrebocas desechables vs botellas de plástico
La enorme producción de cubrebocas ha superado a la de botellas de plástico, ya que se estima que estas son alrededor 43 mil millones por mes. Por otra parte, a diferencia de las botellas de plástico de las cuales se recicla aproximadamente el 25 %, no existe una guía oficial sobre el reciclaje de mascarillas, lo que hace que sea más probable que se eliminen como desechos sólidos.
Al igual que varios tipos de bolsas de plástico, si los cubrebocas no se desechan para su reciclaje, como otros desechos plásticos estos pueden terminar en el medio ambiente, en los sistemas de agua dulce y los océanos, donde la intemperie puede degradarlos a una gran cantidad de partículas de tamaño microscópico, y meses después, esas mismas partículas fragmentarse aún más para dar paso nanoplásticos de menos de 1 micrómetro.
Una nociva 'bomba de contaminación'
"Una gran preocupación es que los cubrebocas están hechos de fibras de plástico de tamaño micro (espesor de ~ 1 a 10 micrómetros), entonces cuando se descompone en el medio ambiente, puede liberar más plásticos de tamaño microscópico, más fácil y más rápido que los plásticos a granel, como las bolsas de plástico ", señalaron los investigadores.
"Sabemos que, al igual que otros desechos plásticos, las máscaras desechables también pueden acumular y liberar sustancias químicas y biológicas nocivas, como el bisfenol A, metales pesados, así como microorganismos patógenos. que tienen efectos adversos indirectos en plantas, animales y humanos ", señaló Elvis Genbo Xu, científico de la Universidad del Sur de Dinamarca.