Cuatro expertos de Meteored hablan claro sobre los extremos de 2024: "parecía imposible, pero sucedió"

El año 2024 acaba hoy con un historial de catástrofes demasiado largo. Muchas habrían sucedido también sin calentamiento global, pero cada vez queda más clara su huella en la intensificación de los efectos. Por ejemplo, no podemos desligar la tormenta descomunal de Valencia del ambiente cada vez más cálido y húmedo, que es una circunstancia clave en la energía que alimenta a los cumulonimbos. Y así un amplio abanico de fenómenos hostiles que a continuación analizan nuestros expertos.

José Miguel Viñas: será el primer año con una anomalía global de +1.5 ºC respecto a los valores preindustriales

J. M. Viñas.- Después de que 2023 se convirtiera en el año más cálido a escala global de la época instrumental, ayudado por el impulso del evento de El Niño iniciado en el mes de julio, aparte de otros factores que también contribuyeron a ello, parecía imposible que en 2024 se alcanzara una temperatura mayor, pero es prácticamente seguro que así va a ser, a falta de la integración de los datos del mes de diciembre.

Ya a principios de noviembre, tras haber transcurrido los primeros diez meses de 2024, desde Copernicus se daba casi como seguro que el año actual superaría a 2023 y pasaría a convertirse en el más cálido de toda la serie histórica. La cosa no ha quedado ahí, ya que también será el primer año cuya anomalía térmica media supere el grado y medio (+1.5 ºC) respecto a los valores preindustriales.

Aunque para superar ese umbral que estableció el Acuerdo de París, en 2015, como una primera línea roja, se necesita un periodo de varios años para la certificación, la subida experimentada por la temperatura en 2024 es, sin duda, sintómatico de aceleración a la que está sometido en la actualidad el calentamiento global.

Francisco Martín: los océanos del mundo han batido sucesivos récords de temperatura superficial

F. Martín.- Un hecho extraordinario se dio en los primeros meses de 2024: las temperaturas globales medias de la superficie del agua del mar (TSM) fueron las más altas jamás registradas con datos modernos desde enero hasta mediados de julio. Se alcanzaron globalmente los 21,17 ºC de máxima por dos ocasiones y fueron récord absoluto el 29 de febrero y el 24 de abril, aproximadamente, según datos de Climate Reanalyzer. Posteriormente, las TSM de 2024 quedaron por debajo de 2023, que fue otro año extraordinario al respecto.

Algo parecido ocurrió en el Atlántico Norte: las TSM batieron récord hasta mediados de junio. Posteriormente, los máximos se intercambiaron entre 2023 y 2024 y a finales de diciembre los registros medios del Atlántico Norte han batido un nuevo récord absoluto.

Las temperaturas medias en el Mediterráneo no se quedaron a la zaga en 2024: los 28 ºC se mantuvieron entre agosto y mediados de septiembre como valores absolutos de récord y con anomalías positivas durante casi todo el año.

Las aguas de mares y océanos absorben entre el 80 y el 90% de la energía sobrante y no emitida al espacio, quedando retenida por los gases efecto invernadero, que van en aumento en la atmósfera. La presencia de la fase cálida de El Niño, entre junio de 2023 y junio de 2024, pudo acrecentar los valores globales de las TSM, aunque puede haber otras razones de los altos e históricos valores en 2024 que con el tiempo se sabrán.

Samuel Biener: la DANA de Valencia dejó registros de lluvia 'top' a nivel mundial

S. Biener.- Durante la DANA de finales de octubre, confuyeron todos los factores necesarios para que se produjera una gran catástrofe. Las lluvias torrenciales se cebaron especialmente con la provincia de Valencia, donde se registraron casi 800 l/m² a lo largo del 29 de octubre en Turís, 185 de ellos en 1 hora, pasando a ser el nuevo récord oficial de acumulado horario en España. Hablamos de registros top a nivel mundial, con cantidades más importantes que las que suelen dejar los grandes huracanes.

La provincia de Valencia quedó bajo el máximo de viento en altura de la "gota fría", lo que sumado a un flujo de levante de muy largo recorrido marítimo que discurría sobre un Mediterráneo anormalmente cálido (gasolina de primera) y la orografía de la zona, generó condiciones favorables para que se desarrollaran estructuras convectivas muy organizadas.

Esto provocó grandes inundaciones súbitas en cursos como el Magro o el barranco del Poio, que alcanzaron caudales extraordinarios y devastadores. Durante el temporal perdieron la vida casi 230 personas en España, siendo la DANA más mortífera desde la del otoño del 1973 en el sureste.

Las precipitaciones torrenciales azotaron varias provincias, pero el epicentro del desastre se localizó en l'Horta Sud, Valencia. En algunas de las poblaciones que quedaron arrasadas apenas llovió, llegando la gran crecida de forma muy repentina por el diluvio que estaba cayendo aguas arriba. Desgraciadamente, esta DANA también pasará a la historia por los errores y las negligencias de las administraciones públicas durante la gestión del tiempo.

José Antonio Maldonado: 2024 ha sido un año de extremos pluviométricos en España

J. A. Maldonado.- Aunque en conjunto, dada su latitud, la Península Ibérica y nuestros dos archipiélagos pueden considerarse de climas secos, hay diferencias importantes entre unas regiones y otras. Esto se pone de manifiesto en su máxima exponencia en el balance pluviométrico del año 2024.

En Galicia han predominado los meses lluviosos y el total de agua embalsada ronda el 80%, superando notablemente la media de los últimos diez años. Aunque no con tanta diferencia con respecto al mismo periodo, también se han producido precipitaciones notables en distintas comarcas del norte de Aragón y del noreste de Cataluña.

La llegada de varios frentes muy activos reforzados por una sucesión de ríos atmosféricos, que surcaron un Atlántico con temperaturas de récord, ayudaron a que los registros pluviométricos fueran excepcionales en el oeste de Galicia y en el sector del valle de Pineta (Huesca), donde en el año hidrológico 2023-2024 se acumularon más de 4000 l/m².

Por el contrario, en el sureste, dícese Alicante, Murcia, Granada o Málaga, padecen una sequía importante, en menor grado también acusada en el resto de Andalucía y otras zonas del sur peninsular. En los últimos meses, varios puntos de estas provincias han registrado cifras de lluvia similares a zonas desérticas. Es evidente en sus paisajes, con una gran mortandad de pinos al quedar muy vulnerables ante las plagas.