Compostaje humano ¿una alternativa más verde para el medio ambiente?
Incluso la muerte puede ser sostenible. Esto es lo que promete la primera empresa del mundo en poner a disposición seres humanos compostados, como alternativa al entierro o la cremación. Una versión ecológica que está ganando adeptos en todo el mundo. ¡Descubre más aquí!
Los propósitos que actualmente se le dan al cuerpo humano después de la muerte tienen un gran impacto en el medio ambiente: el entierro tradicional, que consiste en un cuerpo embalsamado con formaldehído para ser colocado en el suelo dentro de un ataúd, termina provocando la liberación de toxinas para el entorno, en cambio, la cremación consume mucha energía y emite gases contaminantes, contribuyendo al calentamiento global.
En 1998 surgió la tendencia de los "Entierros Verdes", en los que se prepara el cuerpo sin químicos y se planta en un ataúd biodegradable. Como alternativa, la “reducción orgánica natural” ya es una opción viable en algunos estados de EE. UU. El compostaje humano ha ido ganando más adeptos y debería empezar a aprobarse en más lugares.
Recompose abrió sus puertas en diciembre de 2020 en Seattle, Washington, y se convirtió en la primera instalación de compostaje humano del mundo. Allí proponen la transformación suave de restos humanos en compost, en un proceso llamado compostaje orgánico natural, también conocido como recomposición.
La compañía había estado planeando esto durante varios años antes de que fuera legalmente viable en 2019, cuando Washington aprobó un proyecto de ley para que la instalación fuera la primera en ofrecer una alternativa tan única para el cuidado de restos humanos. La ley entró en vigor en mayo de 2020 y permitió una “evolución de la atención a la muerte”.
Aunque el proceso es simple, la mejora de la técnica tomó cuatro años de estudios científicos. El compostaje de animales de manada es una práctica antigua en el estado de Washington, por lo que la misión de este equipo es adaptarlo a los humanos y garantizar que los restos sean ambientalmente seguros.
El proceso de recomposición está inspirado en los entierros naturales o verdes, que se realizan dentro de contenedores reutilizables. Recompose explica que los cuerpos se cubren con astillas de madera y se airean para proporcionar el entorno perfecto para las bacterias y los microbios naturales. El cuerpo se composta por completo en 30 días y se puede utilizar para cultivar nueva vida.
La empresa apunta a la conservación ya que es una de las condiciones en el país para permitir que empresas como Recompose operen. Esta empresa fue diseñada para brindar una forma más ecológica de cuidar los restos, en lugar de la forma tradicional de enterrar cuerpos embalsamados o quemar restos de cremación, algo que produce muchas emisiones de dióxido de carbono.
¿Qué pasaría si nuestros cuerpos pudieran ayudar a crear una nueva vida después de que muramos?
Uno de los primeros testimonios fue el de un agricultor estadounidense, Bob Cantisano, que eligió convertirse en tierra después de años de luchar contra el cáncer. En una entrevista con The Sun, la profesora estadounidense Jennifer Bliss, dice que su esposo tenía una conexión especial con el planeta, y ambos eligieron enterrar a Bob como abono.
Hablaron al respecto y acordaron que el compostaje humano encajaba perfectamente, ya que Bob había pasado años promoviendo el compostaje como una alternativa ecológica a los fertilizantes químicos desde la década de 1970. Bob era un feroz defensor del planeta porque creía y sabía que esta decisión allanaría el camino para que otros consideren el compostaje humano.
La muerte es una parte esencial de la vida. Es tan notable, a su manera, como el nacimiento. El final de la vida, aunque doloroso, puede ser elegante. Hablar de nuestra mortalidad puede ser reconfortante, y preocuparse por la muerte puede ser directo y sanador.
Un suelo saludable es vital para que un ecosistema prospere. Regula la humedad, almacena carbono, además de que sostiene plantas, animales y humanos. El suelo creado por Recompose nutrirá el crecimiento en el mismo suelo del bosque que inspiró su creación, permitiéndonos devolver a la tierra lo que nos nutre a lo largo de nuestra vida.