¿Puede el océano garantizar el suministro de alimentos del futuro? Por eso las especies acuáticas deben protegerse

Los alimentos acuáticos representan un pilar central del suministro de alimentos en muchas zonas del mundo, además garantizan el empleo, el crecimiento económico y el desarrollo social. También son una valiosa contribución a la seguridad alimentaria mundial en el futuro.

Peces
Los alimentos acuáticos incluyen animales acuáticos, algas y mejillones. Imagen: Unsplash
Lisa Seyde
Lisa Seyde Meteored Alemania 7 min

En los próximos 25 años, se espera que la población mundial aumente a 9 mil millones de personas. Como resultado, los productos del mar y los alimentos acuáticos están ganando cada vez más atención en términos de seguridad alimentaria.

Según el último Informe sobre el estado de los océanos 2024 de la UNESCO, el consumo per cápita de alimentos acuáticos ha aumentado dos veces más rápido que el crecimiento de la población durante la última década.

Los alimentos acuáticos incluyen animales acuáticos, mejillones y algas. La pesca de captura implica principalmente la captura de animales acuáticos como peces y pulpos, mientras que la acuicultura implica la cría de organismos como peces, algas y mejillones.

Una gran ventaja es que el marisco no sólo es una valiosa fuente de proteínas, sino también una importante fuente de nutrientes, como por ejemplo vitamina B12 o ácidos grasos omega-3. Además, los productos del mar producidos mediante la acuicultura, como los mejillones y las algas, a menudo tienen un impacto menos dañino para el medio ambiente que alimentos comparables de origen terrestre.

Pesca y acuicultura continental y marítima. Imagen: UNESCO

La producción pesquera y acuícola sigue creciendo, y alcanzará un récord de 218 millones de toneladas en 2021, incluidos 182 millones de toneladas de animales acuáticos y 36 millones de toneladas de algas. Mientras que, el 88% de la pesca de captura proviene de aguas marinas, casi el 62% de la acuicultura (excluidas las algas) se realiza en el interior.

Según las últimas informaciones de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la producción de alimentos acuáticos alcanzó un récord de 161 millones de toneladas en 2021, de las cuales 94 millones de toneladas provinieron de la pesca y la acuicultura en zonas marinas, teniendo en cuenta únicamente los animales acuáticos.

La producción da como resultado un consumo per cápita de alimentos acuáticos de 20,4 kg/año en 2021, más del doble del consumo per cápita en 1960

Sin embargo, la producción no se destina exclusivamente al consumo humano: de media, alrededor de 20 millones de toneladas procedentes de la pesca de captura se utilizaron como alimentación animal entre 2010 y 2021, tanto en la propia acuicultura como en la cría de cerdos y aves de corral. Los alimentos acuáticos también se utilizan en suplementos dietéticos y otros usos en la industria alimentaria.

Contra la deficiencia de nutrientes, la desnutrición y la obesidad

Como solución nutricional, los alimentos acuáticos suelen reducirse a su aporte proteico. Sin embargo, esta percepción está cambiando gradualmente y cada vez se reconoce más el potencial para combatir la “triple carga de la desnutrición” (ONU): deficiencias de micronutrientes, desnutrición y obesidad. Los alimentos acuáticos también desempeñan un papel central en la lucha contra las deficiencias nutricionales, especialmente para los grupos de población vulnerables, como los niños pequeños, las personas mayores y las mujeres en edad fértil.

Los alimentos acuáticos son particularmente prometedores con respecto a la creciente población mundial en tiempos de cambio climático

Una ventaja clave es que los sistemas de producción acuáticos tienen una huella ecológica menor en comparación con los sistemas alimentarios terrestres de origen animal, especialmente los acuicultura no alimentada como los mejillones y las algas. La producción de alimentos acuáticos también tiene, en promedio, menores emisiones de gases de efecto invernadero, nitrógeno y fósforo y requiere un uso limitado (o nulo) de agua dulce y tierra.

Los mariscos como los mejillones y las algas tienen una mejor huella ambiental que los productos animales producidos en tierra. Imagen: Pixabay

Los alimentos acuáticos desempeñan un papel esencial en determinadas regiones del mundo. Por ejemplo, muchos pequeños estados insulares en desarrollo (PEID), como Maldivas, Kiribati, Antigua y Barbuda, consumen significativamente más alimentos acuáticos, lo que pone de relieve un alto nivel de dependencia de este sector.

En consecuencia, la pesca y la acuicultura sostenibles se encuentran entre los pilares más importantes de una economía sostenible basada en los océanos en los PEID, como se establece en el Camino SAMOA de las Naciones Unidas.

Además, la pesca en pequeña escala es el principal productor de alimentos acuáticos en muchos países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. Representa aproximadamente el 40% de las capturas pesqueras mundiales y sustenta los medios de vida de alrededor de 500 millones de personas en todo el mundo.

Casi la mitad de estos pescadores se dedican a la pesca de subsistencia, lo que demuestra la importancia de la red de seguridad que el sector proporciona a muchas personas y la importancia de la pesca sostenible en pequeña escala en términos de seguridad alimentaria y reducción de la pobreza.

En resumen, los alimentos acuáticos podrían ayudar a abordar los desafíos nutricionales, sociales y ambientales del sistema alimentario del futuro

Por ejemplo, la FAO ha presentado una hoja de ruta para una Transformación Azul, que presenta estrategias sobre cómo se puede lograr a nivel de gobiernos, organizaciones intergubernamentales, el sector privado y la sociedad civil.

El objetivo es expandir de manera sostenible la acuicultura, particularmente en regiones con déficit de alimentos, y garantizar que todas las pesquerías de captura se gestionen de manera eficaz. También es necesario desarrollar las cadenas de valor de los alimentos acuáticos y reducir las pérdidas y el desperdicio. Debe facilitarse el acceso a los mercados, especialmente para los pequeños productores